En la noche del Draft de la NBA de 2009, la historia de los Golden State Warriors y de la liga cambió para siempre, cuando el equipo seleccionó a un chico llamado Stephen Curry proveniente de la Universidad de Davidson.

Curry llegó para cambiar por completo el destino de una franquicia que había estado sumida en la mediocridad durante años para convertirlo en una poderosa dinastía. Pero, de acuerdo con sus padres, este no era el plan inicialmente.

En este sentido, Dell Curry, padre del All-Star y ex jugador de la NBA, confesó que trató de disuadir a los Warriors para que no tomaran a Steph con su séptima selección aquella noche de 2009:

“Recuerdo cuando Don Nelson me llamó y me preguntó qué pensaba de que tomáramos a su hijo en el Draft. Yo le dije ‘No lo hagas. Me preguntaste, te diré la verdad: no lo hagas’. La conversación siguió y me dijo que si tenían la oportunidad lo tomarían, yo simplemente le respondí ‘entrenador, esa es su decisión’.”

Y es que, la actualidad de los Warriors no era muy prometedora, tras venir de una temporada con un récord mediocre de 23 victorias y 59 triunfos, por lo que era entendible el recelo de la familia Curry:

“Simplemente pensamos que su estilo encajaría en un mejor equipo con un mejor escenario. Otros equipos estaban jugando con mayor velocidad y tenían un mejor vestuario”.

Por otra parte, Sonya Curry, la madre del astro de los Dubs, reveló que tampoco quería que su hijo fuera a parar a la bahía de Oakland pero por un motivo muy distinto, y es que “no sabía dónde quedaba Golden State”:

“Bueno, esa fue la respuesta de su padre y la del atleta profesional. La mía fue, Golden State es muy lejos, ¿A dónde va mi bebé? Yo no sé dónde queda Golden State”.

Ahora, 10 temporadas después, su bebé le llevó 3 anillos de campeón y le devolvió la gloria a una franquicia que se encontraba sin rumbo, además de ganar 2 MVPs y la distinción del mejor triplero de la historia.