En el Nuevo Gasómetro, el Ciclón venció por la mínima a Huracán con gol de Nicolás Blandi, después de un primer tiempo donde no se le cobró un tanto legítimo a la visita. La curiosidad fue toda de Néstor Ortigoza, quien por segunda vez en su carrera erró un penal.
San Lorenzo salía al campo del Nuevo Gasómetro tocado por la eliminación por Copa Libertadores, pero en alza con la victoria ante Rosario Central. Huracán, clasificado a los octavos de final y en un gran presente, quería dar el batacazo en el Bajo Flores.
Un remate al palo de Mariano González, en los primeros minutos, avisaría las intensiones del Globo. A los 17′, ni el juez de línea que estaba en la línea ni el árbitro principal vieron el gol legítimo de la visita que cruzó la última línea. Un llamado a la tecnología.
A los 14′ del complemento, una gran jugada colectiva abriría el marcador para el Ciclón: la empujó con lo justo Nicolás Blandi para hacer delirar a todo el público local.
Paulo Díaz por Sebastián Blanco. El cambio defensivo de Pablo Guede produjo casi inmediatamente el mejor momento en el partido del Globo, que acorraló a su rival en su arco pero no pudo quebrar la defensa de Sebastián Torrico.
Faltando ocho pasó lo impensado: Néstor Ortigoza falló un penal. El hoy enganche estrelló un remate desde la pena máxima en el travesaño y así sumó su segundo penal errado en 34 ejecutados.
No obstante, San Lorenzo venció por la mínima a Huracán y sueña con el campeonato en medio de la euforia.
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