Cuando Kevin Durant tomó la decisión de unirse a los Golden State Warriors en 2016, todo el mundo pensó que el equipo de la bahía dominaría la liga sin oposición, y, durante tres años, ese fue el caso.
Sin embargo, recientemente Ray Allen reveló que el alero estuvo tentado por unirse a los Boston Celtics de Brad Stevens, un movimiento que hubiera cambiado por completo la dinastía del equipo de Steve Kerr.
Asimismo, Allen confesó que, de llegar Durant al TD Garden, incluso hubiera salido del retiro para jugar una vez más con Boston, según una entrevista que tuvo con el programar de radio “Ordway, Merloni & Fauria”:
“Tuve una conversación con Danny Ainge y le dije que esta era mi última oportunidad para volver. Kevin Durant era agente libre y estaba pensando ir a Boston. Le die ‘hey, si consiguen a Kevin, definitivamente me pondré las zapatillas de nuevo para tratar de hacer que pase algo bueno acá en Boston'”.
Allen jugó un papel fundamental en el último título de los Celtics, pero luego se convirtió en villano al unir esfuerzos con LeBron James en el Miami Heat para ganar un par más de trofeos.
De momento, los Celtics son uno de los equipos más fuertes de la Conferencia Este, pero aún queda en evidencia que necesitan una súper estrella del calibre de Durant, que pudo haberlos llevado a un anillo más.