Se puede ver. Leo Messi se muere de ganas de estar dentro de la cancha jugando con sus compañeros. 

 

Pero los mismos se están haciendo cargo muy bien del clásico ante el Real Madrid y fue su gran amigo Luis Suárez el responsable de poner el 2-0 parcial para el Barcelona, de penal.

 

La Pulga, en la tribuna, festejó totalmente encapuchado: se levantó y lo gritó al lado de su hijo, que lo acompañó a ver el clásico.

 

El argentino sigue bien atento el andar de su equipo esperando con ansias volver a ponerse la cinta de capitán y ayudar desde adentro.