El resultado analítico adverso que arrojó Víctor Guzmán en una prueba que se le practicó al futbolista el pasado 10 de agosto luego de un juego por la Liga MX, se polemizó más de lo debido por estar envuelto durante la transacción de Guzmán a Chivas.

Los intereses comenzaron a jugar en una parte y otra. Finalmente, Pachuca y Chivas se pusieron de acuerdo para disolver un traspaso que rondaba casi los 10 millones de dólares.

“Le creo a Jesús Martínez (dueño de Pachuca), porque es un dueño de Liga MX con valores e íntegro y por todo lo que he trabajado con él le creo y le voy a creer a Jesús. Todo quedó resuelto al cien y hablamos de manera transparente y directa. Cada uno tomando una postura por su club y rápido logramos decir qué convenía para ambas partes y jugador”, contó Amaury Vergara, presidente del Rebaño, en una entrevista con Futbol Picante.

De las situaciones se aprende y se toma nota para que no sucedan más. Vergara lo reconoce: “Definitivamente tendríamos, como equipo, hacer un sondeo más profundo en cada uno de los jugadores y ver si existe algún indicio o antecedente que podría generar situación de riesgo u oportunidad para ayudarlo mientras esté con nosotros. Se manejó bien el asunto cuidando y respetando, porque esperamos prueba B para corroborar o desmentir el resultado y que nadie tiene el derecho de juzgar a nadie y todos tienen oportunidad de probar su inocencia o trabajar para regresar a ser jugador profesional”, opinó.

Por último, el directivo reconoció sentir frustración por la situación por la que tiene que pasar el Pocho: “Me dio pena por el jugador, porque sabía que debía dejar de entrenar y no puede entrenar con un equipo y como directivo ves a los jugadores como familia extendida y cuando ves que alguien detendrá lo que más le gusta hacer da rabia y frustración por la persona”, finalizó.