Neri Cardozo lleva una larga carrera en el fútbol. Surgió en Boca Juniors, donde su nombre se hizo conocido por debutar a los 16 años -de la mano de Carlos Bianchi-, pero mucho más por haber ganadotres títulos locales y cinco internacionales. Allí integró algunos de los mejores años en la historia del Xeneize, donde logró jugar con grandes futbolistas como Juan Román Riquelme y Martín Palermo, entre otros.
Tras el éxito que tuvo en Boca, en 2008 el mediocampista partió a México para vestir la piel de Jaguares de Chiapas. Y tras una buena experiencia, en 2010, jugó en otro de sus grandes amores en el fútbol: Rayados. Obtuvo nada menos que siete títulos (una Liga MX, una Interliga, una Copa MX y tres Concachampions).
Asimismo, Neri se ganó un lugar en los corazones de los aficionados de Monterrey. Durante su período por México tuvo una breve etapa en Querétaro, donde consiguió la Copa MX 2016. Un año después regresó al elenco regiomontanoy se despidió en 2017siendo campeón para regresar a la Argentina, su país natal.
En enero de 2018 firmó en Racing y logró conquistar la Superliga Argentina. Y un año más tarde, se marchó a Defensa y Justicia. Ya en el Halcón, y con 33 años, Cardozo recuerda y revela cuál fue una de las mayores dificultades que le tocó enfrentar a lo largo de su carrera en el fútbol.
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¿Algún partido o rival? Nada de eso, algo mucho más complicado y que el mundo futbolero no lo sabía. Hasta ahora. En diálogo con el programa argentino ¿Cómo te va, Benedetto?, por Radio del Plata, el volante ofensivo comentó que tuvo que trabajar mucho para poder superar un trauma que tenía a la hora de hablar.
“Me callé toda mi vida, en algún momento tenía que empezar a hablar más. Antes no me gustaba hacerlopor el problema que tengo del habla, con el tiempo me fui acostumbrando”, reveló Neri, quien sufría cada vez que tenía que enfrentarse a la prensa.
+ Qué es la rinolalia:un trastorno que afecta la pronunciación de los sonidos verbales, los cuales sufren una alteración que acompaña el timbre de la voz, secuela de una perturbación del equilibrio entre las resonancias bucales y nasales. La misma puede ser causada por una desviación del tabique nasal, una fisura palatina y del velo, inflamación en la cavidad bucal, adenoiditis o amigdalitis crónica, entre otros.