Diego Cagna ha sido uno de los máximos referentes de Boca en la época más dorada del club. El detalle más grande es que fue el primer capitán del ciclo de Carlos Bianchi en el Xeneize . En total, nueve títulos ganó nada menos que con la camiseta azul y oro: cuatro a nivel local y cinco de manera internacional, donde se destacan la Copa Libertadores del 2003 y la Copa Intercontinental ante Milan ganada en Japón.
Fue titular y figura en Boca en 1998 y 1999 de la mano del Virrey, tanto que dio el salto a Europa donde lo compró el Villarreal, donde estuvo dos temporadas. Regresó al club cuatro años más tarde y las alegrías fueron incluso mayores en elXeneize.Más allá de la final contra el Milan, el exjugador recuerda la vuelta de la semifinal contra River en el Monumental, donde Boce se clasificó a la final de la Copa Libertadores 2004.
“Yo no había podido jugar el partido de ida. Creo que había tenido una lesión y Carlos (Bianchi) me cuidó y llegaba sin mucho rodaje. Y me puso de enganche esa revancha, que a mí me encantaba jugar de enganche“, empezó en una entrevista con TNT Sports. En aquella ida, el hoy director técnico no jugó, pero su equipo ganó por la mínima de un cabezazo de Ronaldo Schiavi. Esa diferencia sería clave para la definición en la vuelta.
“Obviamente por todo lo que significa el clásico e ir a la cancha de River y sin público nuestro que siempre se hace sentir fue muy especial. Después se hizo difícil que lo expulsan a Carlitos (Tevez) y lo empatamos ahí y otra vez terminamo zafando con los penales. Pero jugamos un muy buen partido“, recordó Cagna, quien hace unos días había manifestado su sueño de ser el técnico de Boca en un futuro.
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Por último, el excapitán recordó la definición desde los doce pasos, donde Roberto Abbondanzieri le atajó un penal a Maxi López y después Javier Villarreal sentenció todo para la visita: “Me quedan los penales y el silencio del estadio. Me queda el griterío nuestro que era chiquito al lado de esa cancha toda llena y en silencio. Fue increíble ese momento“.