25 de noviembre de 2020. Pasadas las 12 del mediodía. Muere el país. MuereArgentina. No hay latidos. No hay vida. En las calles sólo corre el viento. Agarra un papelito, gambetea una baldosa y sigue corriendo. No hay signos de vida. No se esucha nada.

Murió Diego Armando Maradona. ¿Cómo que murió Diego Armando Maradona? No puede ser. Silencio. Los ojos depositados en la televisión, el cerebro vaya a saber uno en dónde se encuentra. Stop. Pausa. Te imaginas lo mal parado que va a quedar el medio que anunció la muerte de Diego Maradona cuando se confirme que está vivo. Porque está vivo. El Diego está vivo.

Pasan los segundos. Aparece el nudo en la garganta. Sentís un cosquilleo. La cabeza te duele porque empezás a llorar. Pero no entendés nada. No es que no lo querés creer, no lo entendés. Te explota el celular. Te llegan mensajes de todos lados. “Murió el Diego”, “Che boludo, ¿estás viendo la tele?”, “Estoy destrozado”, “No lo puedo creer”.

No puede ser. Qué locura que puedan creer que se murió Maradona. Qué locura que el país se haya muteado. Pero seguís sin entender nada. Bueno, vamos, ¿cuando anuncian que es una fake news?.

En casa no hablanadie. En el barrio no habla nadie. Te mirás, los mirás. “No puede ser”, decís. Una, dos, tres y las veces que sean necesarias. Porque no puede ser. Porque Diego Armando Maradona está vivo, porque no murió. Porque él no puede morir. No puede ser. Él es inmortal, él sale y salió de todas. No. No. Y no.

No hay autos. No hay motos. Hay silencio total en todos lados. Y ahí lo único que habla es tu cabeza, quien te repite, constamente, que no puede ser. Y esperás la noticia que nunca llega. Te llama la vieja, te llama el viejo. Te preguntan cómo estás. Y llorás sin parar, pero estás bien, porque es sólo un susto, porque Diego Maradona no murió.

Pasan los minutos, los largos minutos. No tenés fuerza. El país sigue sin latidos, sin pulso. Y después de unas largas horas donde el cielo más gris de todos se apoderó de nuestro cuerpo, volvés a escuchar las motos. Después los autos. Y algún otro nene o nena que está caminando de la mano de un padre o una madre, un padre o madre que están en silencio, muertos.

Pero el país revivió. Después de unas horas, el país revivió. Argentina está de pie, destruída por dentro, llorando las lágrimas más tristes de su historia, pero de pie. Y vos sabés, en verdad no sabés, estas completamente seguro que va a pasar lo mismo con Diego Maradona, que va a revivir porque esto no es real, porque Diego no murió.