Mauro Zárate era uno de los jugadores más queridos por los hinchas de Vélez. Hasta lo llegaron a considerar uno de los ídolos contemporáneos de la historia del Fortín. Sin embargo, con su partida a Boca este amor quedó maltrecho y se sabía que en algún momento los caminos se iban a volver a unir. Al menos, en veredas opuestas.

 

Y eso pasó: Boca se enfrentó ante Vélez por los cuartos de final de la Copa Superliga, Zárate fue titular en Liniers y lo abuchearon. Hasta ahí, todo "normal". Pero luego, Mauro convirtió uno de los penales de la serie para definir al ganador y lo gritó con alma y vida ante los fanáticos de Boca en La Bombonera. Lo que ocurrió generó opiniones divididas en todo el fútbol argentino. Pero hay una persona del Fortín que sufrió el doble por tener al delantero tatuado en su brazo derecho.

"Pensaba cualquier cosa, hacer algo, agarrar una tapita de cerveza y rasparme el brazo"

Es por eso que en Bolavip nos contactamos con Jorge Méndez, el hincha de Vélez que tiene impregnado en su piel a quien consideraba un ídolo de si institución.

- ¿Qué sentiste cuando viste que Mauro gritó el gol de esa forma?

- No esperaba que haga eso. Que llegue a gritar el gol de la manera en que lo festejó, por todas las cosas que pasó, no lo esperaba. Dije: 'no puede ser', como olvidándose de todo lo que vivió. No lo podía creer. Siempre dejó en claro que nunca le gritaría un gol a Vélez ni nunca jugaría en otro club. Sentí una traición tremenda por la forma en que lo gritó. Con la declaración que hizo, de que pasó el equipo grande, dije 'no puede hablar así este chabón'. Pero bueno, ya está.

- ¿Te sentiste traicionado?

- ¿Si considero que es un traidor? Sí. Está bien, tuvo sus seis meses en los que volvió al club. Pero con lo de ayer dejó de lado todo. Las puertas las tiene cerradas. La forma en la que dijo todo, para mí Mauro no vuelve más. No tendria que volver más al club. Es un gran jugador, todo lo que vos quieras, pero con las palabras que dijo de un club que le dio tanto, no le abriría las puertas nuevamente.

- Y más duele porque lo tenés tatuado en tu brazo derecho...

- Sí, en cada jugada que él agarraba la pelota me rascaba el tatuaje. Algo hacía, era una manera de mufarlo. En el penal me lo agarraba, me pellizcaba el tatuaje. No llegaba a entender todo eso.

- ¿Qué pensaste en hacer con tu brazo tatuado cuando viste cómo gritó el gol y con todo lo que dijo después?

- Se me vino al instante el borrarme el tatuaje. Pensaba cualquier cosa, hacer algo, agarrar una tapita de cerveza y rasparme el brazo. Algo pensás, se me venía a la cabeza cualquier locura. Vamos a ver algún diseño que quede bien así me lo tapo. Mientras tanto, manga larga, no hay ningún problema.