En el inicio del compromiso, ambos equipos se mostraron muy parejos, pues el local se intentó imponer buscando mayor tenencia de pelota, pero el ‘Embajador’ se defendió de la mejor manera y corrigió los errores en defensa que cometió ante Once Caldas.
Sin embargo, por tramos de la primera parte del compromiso, el Azul se adueñó del partido, pues el desequilibrio de Emerson Rodríguez y el orden con el que atacaba y defendía Millonarios, le permitieron sentirse más cómodo en el partido y llevar el mismo a campo rival.
Aunque Medellín intentaba generar juego y sociedades desde su propio campo, Millonarios se ordenaba al defender en un bloque compacto respetando su 4-4-2, aunque en ataque, el Albiazul modificaba su dibujo táctico a un 4-2-4 con Emerson, Uribe, Arango y Mackalister en el frente de ataque. Sin goles en el marcador finalizó el primer tiempo.
Ya en la segunda parte del compromiso, ambos equipos intentaron cambiar su juego. Por una parte, Independiente Medellín buscó un juego más directo con menor creación y más pases en largo, mientras que Millonarios le inyectó más ritmo a su juego, buscando sociedades cortas a un solo toque.
Ambos equipos perdieron un poco la armonía que tenían en el primer tiempo, el mismo ritmo de juego los llevó a ser equipos más estirados y a jugar por el centro del campo. El partido se cerró mucho más que en el primer tiempo y terminaron dividiendo honores y empatando sin goles en el marcador.