En 2015, River volvió a gritar campeón en la Copa Libertadores. Aplastó a Tigres en una noche épica para todo El Monumental. Recibimiento inolvidable, una lluvia como nunca se vio y un 3 a 0 que se festejó toda la noche. Para muchos simpatizantes, las horas más felices de sus vidas. Claro, seguramente, hasta que apareció la final de la Libertadores de 2018 ante Boca y destruyó todo.
Justamente, en las últimsa horas, un exfutbolista del elenco de México que jugó esa noche, Arévalo Ríos, recordó como vivieron sus compañeros ese duelo. “Te dabas cuenta enseguida (que no ganábamos), muchos estaban hipnotizados con el entorno y no preocupados por lo que iba a pasar adentro de la cancha.Eramos pocos los que sabíamos que nos estábamos jugando cosas importante adentro de la cancha”, comentó.
Además, siempre en diálogo con radio Sport 890 de Uruguay, fue muy duro con sus compañeros: “Faltó actitud, no estaban acostumbrados como los jugadores sudamericanos a jugar una final de esta magnitud. Salimos 10/15 minutos antes a la cancha y estaban todos sorprendidos por el entorno”.
“Nadie hablaba con nadie en el vestuario, había un silencio rotundo. Perdimos muchas cosas más allá de la gloria, dinero y prestigio.Ganar algo para el fútbol mexicano era algo importante. Sirvió para experiencia de jugadores y también del cuerpo técnico. Me quedó esa amargura, porque habiendo tantos sudamericanos no pudimos hablarle más a los mexicanos, que estaban pensando en otra cosa”, cerró El Cacha, quien confesó ser hincha de Boca.
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Arévalo tuvo un paso muy corto en Argentina donde jugó en Racing. Disputó sólo 12 partidos, no convirtió ningún gol y estuvo más que lento para lo que es el fútbol argentino. No le dio para más.