Épico. Después de un mal Mundial en Rusia y dudas en lo que va de la Copa América, Franco Armani tuvo su momento de gloria.
Cuando Argentina llegó al empate de la mano de Messi, Paraguay tuvo un penal a favor para volver a ponerse en ventaja.
Fue ahí donde el portero de River se transformó en gigante. Se tiró a su izquierda y evitó el tanto.
Cuando la atajó, Armani se puso el dedo en la boca haciendo el típico geto de silencio. Sí, un claro mensaje para los que dudaron de él.
¡Así te queremos ver, animal!