Se puso de moda, una de esas repudiables, que aficionados salten al campo de juego en partidos del fútbol femenino y se graben con sus celulares mientras los partidos se detienen. Eso pasó entre Chelsea y Juventus por la Champions, pero esta vez el intruso no se la llevó gratis.

El hombre ingresó al césped y comenzó a filmar con su celular mientras las jugadoras le pedían de buena forma que se retirara. Y aunque los agentes de seguridad se acercaban para retirarlo, el joven reía y se acercaba a Magdalena Eriksson, con quien aparentemente quería una selfie.  

Fue la australiana Sam Kerr la que le puso literalmente el hombro a la situación: la delantera del Chelsea empujó al intruso y lo tiró, provocando la ovación de los presentes en el estadio. La árbitra entonces decidió mostrarle la tarjeta amarilla a la delantera.

La jefa del Chelsea, Emma Hayes, se quejó luego por la falta de seguridad: “Podría haber esperado hasta el final para tener una fotografía si realmente quisiera una. Pero aparte de las bromas, tenemos que pensar en la seguridad de los jugadores. Debería servirnos como un recordatorio para todos nosotros en nuestros estadios y con nuestros comisarios de que tenemos que poner la protección de los jugadores en primer lugar", reclamó.

El partido terminó igualado sin goles, por lo que el Chelsea no pudo llegar a cuartos de final un partido ants del final.