Se disputó el segundo partido de los octavos de final de la Eurocopa. Italia y Austria disputaron un entretenido juego en el que la Azzurri se impuso 2-1 sobre los austriacos, este sábado 26 de junio, en el mítico estadio de Wembley. Ahora los italianos esperarán rival del ganador del cruce entre Bélgica y Portugal, dos equipos con serias aspiraciones al título europeo.
Los pocos asistentes al estadio londinense esperaban la superioridad de los dirigidos por Roberto Mancini, algo que efectivamente pasó durante los primeros minutos del compromiso, ya que al paso del tiempo esas ganas y sed de triunfo se fue diluyendo por el buen parado y estilo que impusieron los de Franco Foda.
Precisamente, la mejor oportunidad de gol del elenco transalpino llegó por medio de Ciro Immobile, quien luego de iniciar una jugada desde su área, recibió un pase frontal al arco, desenfundó y estrelló la pelota en el vértice del arco; el arquero Daniel Bachmann apenas vio como el balón por poco casi se va al fondo de la red.
Finalizar en gol. Ese fue el gran pecado de los italianos, que pese a que dominó en gran parte del primer tiempo, frente a arco rival no definieron bien y se fueron igualados a cero goles. En el descanso seguramente hubo regaño por parte del entrenador alemán a servicio del equipo de Austria, dado que, para el segundo acto, el equipo que vistió de rojo saltó a la cancha con otra actitud: buscando el arco rival y con más posesión de la pelota.
Pasada la hora de partido, Austria oficialmente se montó en el partido, y de la mano de Marcel Sabitzer, pusieron en serios aprietos al arquero Gianluigi Donnarumma, quien tuvo que gritar para despertar del aturdimiento a sus compañeros.
Sin embargo, al minuto 64 Marko Arnautovic alteró el marcador y, para sorpresa de muchos puso adelante a Austria tras un cabezazo que tomó a Donnarumma a contra pie. Pero mientras celebraban el VAR intervino y, por desgracia para ellos, el gol recién anotado fue anulado por fuera de lugar.
Los de Foda mantuvieron su estilo y así opacaron al seleccionado italiano, equipo del que se esperaba más debido a que en la fase de grupos fue el combinado que mejores números tuvo y que más espectáculo dio. Un favoritismo que no fue evidenciado en la cancha inglesa.
Al final de los 90 minutos reglamentarios, Italia y Austria sellaron el marcador sin goles, ¡más fútbol en Wembley! De ahí en adelante el cotejo continuó siendo una partida de ajedrez , que solamente un gran gesto técnico podía definir, y efectivamente, así fue.
Federico Chiesa, quien ingresó al 85’, diez minutos más adelante anotó el tanto que sentenció el marcador a favor de los Tanos. La caballería pesada de Mancini arremetió contra los austriacos que apenas vieron como Leonardo Spinazzola asistió con un balón flotado a Chiesa, que controló con su rostro y pie derecho; la pelota quedó servida para su pierna izquierda que con potencia puso el 1-0. Festejo italiano en Londres.
El golpe anímico para los de Foda fue grande, antes de terminar el primer tiempo de la prórroga, Matteo Pessina recibió una asistencia de Franco Acerbi y con un potente remate de zurda venció a Bachmann y sentenció el 2-0. Los goles de Italia estaban en el banco de suplentes.
Pero como fue un gran partido de principio a fin, al 113’, Sasa Kaladjzik de cabeza, luego de un tiro de esquina puso el partido de rechupete, 2-1 y sufrimiento para los hinchas y jugadores italianos en la catedral de Wembley. Siguieron insistiendo y, con puro amor propio buscaron como fuera el empate; algo que al final no pudo ser.