No fue un buen primer tiempo para el Bournemouth, que pese a su planteo extremandamente defensivo como local se vio arrasado por Manchester City.

Pareció sentenciado ya desde los primeros 45 minutos, cuando los de Guardiola ya ganaban 2-0 gracias a los goles de Agüero y Sterling.

Sin embargo, en tiempo de adición, el galés Harry Wilson se inventó una ejecución de tiro libre de otro planeta, digna de un extraterrestre como Lionel Messi.

El delantero decidió buscar el palo del arquero Ederson, pero lo hizo con tanta violencia y precisión que incluso estirándose en toda su dimensión al brasileño le fue imposible contener la pelota.

Por la magia de Wilson y nada más que por esa magia, Bournemouth quedó a tiro del empate en el complemento.