Tiago Geralnik, una de las grandes promesas que pulía River en sus divisiones inferiores, se marchará al Villarreal español amparándose en la patria potestad, casi sin dejar ingreso alguno al club.
“Es una pena, pero son situaciones que nos pasan a nosotros, que ya han pasado y que van a seguir pasando”, había expresado Marcelo Gallardo, entrenador del Millonario, apenas se dio a conocer la noticia de la partida.
El reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores de FIFA avala que los jugadores de 16 años con pasaporte comunitario firmen su primer contrato en Europa por quedar encuadrados en la excepción del artículo 19.2 inciso b.
Lejos de poder buscar la manera de retenerlo, la directiva de River se dedicó entonces a negociar con el Villarreal un resarcimiento económico, aunque mínimo, apostando a la buena fe del club español.
En el Submarino Amarillo dieron el OK y más allá de los 100 mil euros que abonarán por los derechos de formación, se comprometieron a conceder al Millonario el cinco por ciento de una futura transferencia, además de otros 500 mil euros en concepto de bonus si el juvenil alcanza los diez partidos en La Liga.
“No sé cuáles son las posibilidades que tienen los clubes argentinos para tratar de que eso no les suceda”, había reflexionado Gallardo. Al menos River, será compensado. Muchos otros clubes, ni siquiera.