Son sensación absoluta. Mientras esperan las semifinales ante Inglaterra, en Australia disfrutan de este momento histórico de Las Matildas, la selección femenina de fútbol. Dejaron en el camino a Dinamarca primero y luego a Francia. Y ahora van por Inglaterra, campeonas europeas. ¿Qué otro récord podrán batir?
Las 75.784 personas que estuvieron en el Stadium Australia para el primer partido ante Irlanda fue récord absoluto para el femenino del país, que colmó las gradas y marcó el camino de un Mundial que ya logró un 54% más de público en las canchas respecto de la última Copa del Mundo disputada en Francia, venciendo más de 1.7 millones de entradas, al menos hasta cuartos de final.
Sin embargo, los penales ante Francia -10 por cada lado- causaron sensación en todo el país. El video viralizado en un avión, en el que casi todos los pasajeros estaban mirando atentos la definición, las pantallas gigantes en varios puntos del país y los festejos luego de lograr la clasificación a semifinales fueron apenas un botón de muestra. Los números de la televisión cerraron el círculo.
La transmisión en Seven Network, que lo hizo de manera gratuita, aseguró que los indices fueron, en promedio, de 4.904 millones de australianos según cifras de VOZ, el nuevo sistema de medición. Publicada el domingo por la tarde, la cifra incluye una audiencia metropolitana de 3,044 millones, una audiencia regional de 1,262 millones y una audiencia de transmisión de 598,000. Entre esos números no están contabilizados aquellos que vieron el partido en clubes, bares y demás, es decir, fuera de los hogares ni por la transmisión alternativa.
Cifras récord
En total, se habla de una audiencia máxima de 7.2 millones de personas que sintonizaron el partido jugado en Brisbane el sábado. El único evento deportivo que supera este número es la icónica final de 400 metros de Cathy Freeman en los Juegos Olímpicos de Sydney, que atrajo un récord de 8,8 millones de espectadores, aunque los datos no se rastrearon en 2000.
En 2022, la victoria en el Abierto de Australia de Ash Barty contra Danielle Collins de los Estados Unidos atrajo un pico de 4,2 millones de espectadores y un promedio de 3,6 millones. Además, también superó a otros eventos históricos como las grandes finales de AFL y NRL, la derrota de Australia en la Copa Mundial de Rugby de 2003 contra Inglaterra, y la final del Abierto de Australia de 2005, vista por 5,56 millones de personas.