Un 18 de mayo, pero de 2009, Rockstar Games publicó un juego que cambió para siempre el concepto y desarrollo de los juegos ‘western’ conocidos hasta el momento. Al mercado llegó por fin una serie decente ambientada a principios del siglo XX donde la ley se tomaba por cuenta propia y abundaba por doquier pistoleros y enormes grupos de bandidos. Hace 10 años la comunidad se deleitó y enamoró de la historia de Red Dead Redemption.
Si bien Rockstar Games ya estaba haciendo mucho ruido con la saga de Grand Theft Auto, Red Dead Redemption llegó para romper con todos los esquemas. Una vez te hacías con el título, te olvidabas por completo de movilizarte con carrios o aviones. Si te querías divertir, ya no podía pensar en ir a un bar y todas esas cosa que ocurrían en GTA. A nuestro imaginario le tocó adaptarse a la movilidad en caballo, la diversión en cantinas, pueblos pequeños y una historia a lo grande a punta de balas contra agentes del gobierno y bandidos que hicieron del Viejo Oeste uno de los panoramas más rebeldes, sangrientos y sin ley en la historia de la humanidad.
Si bien la historia de Jhon Marston no es una con la que muchos puedan sentirse identificados, su rol se metió en el corazón de la comunidad. Un fugitivo de la ley que solo buscaba construir su propia casa para su esposa, su hijo y poder vivir ganándose la vida como granjero. El pasado le cobró factura muchos años después y solo lovendríamos a entender en Red Dead Redemption 2, una precuela que marcó un antes y un después en el RDR.
Aunque la precuela llegue a ser más intensa y vibrante que la historia publicada en 2009, los dos títulos se complementan muy bien gracias a la cohesión del guión, la lógica del tiempo y todas las dinámicas sociales que se retrataron en este título que se convirtió en el mejor wetern nunca antes visto en la industria. La jugabilidad, los enfrentamientos, las historias, misiones y demás revolucionaron para siempre el entendimiento de los videojuegos de aventura no lineales.