El cambio de camiseta en el fútbol es moneda corriente. Hasta nos acostumbramos a que algunos jugadores crucen directamente a la vereda de enfrente y disputen el clásico contra el equipo en el que estaban años antes. Pero esa situación también empezó a darse a nivel de selecciones. La reglas de la FIFA se fueron modificando con el correr de los años y se flexibilizaron en ese sentido. Muchos futbolistas se visten con la camiseta de una selección que no corresponde con el país donde nacieron. Hay múltiples razones para explicar los distintos casos y en los últimos tiempos Argentina fue protagonista de una situación así a partir de la elección de Alejandro Garnacho, nacido en Madrid, de no seguir representando a España y aceptar el llamado de Lionel Scaloni para la Selección Argentina.
En un camino inverso al del delantero del Manchester United hay que ubicar a Gonzalo Issa, un argentino de 20 años que se mudó al fútbol español, obtuvo la ciudadanía de ese país y ya disputó un amistoso con la Sub 19 roja. Hijo de Hugo Issa (ex futbolista de San Telmo, Racing, Estudiantes, la Selección Argentina, el fútbol suizo y francés, entre otros clubes), Gonzalo llegó a San Lorenzo a los 10 años de la mano de Fernando Kuyumchoglu. Era su sueño porque jugaba en el club del cual es fanático, pero el viaje desde zona norte hasta el Bajo Flores era agotador. “El director del colegio me dejaba salir al mediodía para ir a entrename y volvía como a las ocho, nueve de la noche a mi casa. Después, cuando las prácticas eran a la mañana, me despertaba a las 5 AM y volvía a las 13”, le cuenta el goleador a Bolavip.
Si bien no competía en Primera en ese momento, las Inferiores de Tigre se entrenaban a cinco minutos de su casa. “Me probé medio a escondidas en diciembre del 2019 y me ficharon. Costó que San Lorenzo me dé el pase porque querían seguir contando conmigo, pero por suerte se pusieron de acuerdo”, recuerda Gonzalo Issa sobre su llegada al Matador con edad de Octava. Estuvo dos años hasta que la pandemia frenó al mundo y cuando las puertas se empezaron abrir de a poco la vida cambió completamente para él: su papá asumió la conducción del club Lorca Deportiva de España y allá fue él también.
“Llegué en julio de 2020, fuera de ritmo porque en Argentina estábamos sin entrenarnos. Pero en septiembre ya empecé a jugar en el campeonato juvenil que es como la Reserva nuestra”, detalla Gonzalo, que enseguida sintió el cambio: “El nivel era muy distinto a lo que estaba acostumbrado en Argentina. El juego es más técnico, más táctico, más vistoso, y me costó un poco adaptarme. Desde el último equipo al primero juegan rápido y tocando. Fue un cambio drástico. Yo venía de Tigre, que estaba en el ascenso y ahí se juega todo al pelotazo”.
Sus 16 goles en 34 partidos con el equipo juvenil de Lorca Deportiva (que competía en la Tercera División RFEF) llamaron la atención rápidamente. Y así fue como le llegó una convocatoria muy especial: lo citaron para un partido amistoso entre la Selección Sub 19 de Bélgica y la de España, que se armó en conjunto con un combinado de Muria, lo que le permitió sumarse a Issa, que en ese momento todavía estaba tramitando la nacionalidad española. “Me estaba yendo muy bien, tenía una gran temporada y fue una experiencia increíble jugar contra una selección de ese calibre. Los belgas volaban, incluso muchos eran un año más chicos que nosotros y movían la pelota como el Barcelona”, recuerda Gonzalo, que se define como “un 9 puro. Me gusta aguantar la pelota, pivotear, que me peguen… Y también bajar a recibir y sumarme al circuito de juego. Me comí muchas cagadas a pedos por eso, pero me gusta retroceder cuando no me llega la pelota”. Su espejo es Benzema, “el que mejor hace eso: puede ser centrodelantero o retroceder y generar juego”.
De su papá Hugo heredó la pasión por el fútbol, aunque no el puesto. “Toda la vida jugué de nueve. Mi viejo era un defensor rústico, yo soy un poquito más lírico”, cuentan mientras se ríe y al mismo tiempo agradece los beneficios que tuvo de acompañar a su padre en los tiempos que trabajó como representante (manejó las carreras de los hermanos Milito y de Sebastián Battaglia, entre otros): “Iba a las reuniones, a los partidos, me metía en los vestuarios y les pedía camisetas y shorts a sus jugadores. Tengo una camiseta de San Lorenzo que me dio Cauteruccio en el 2014. Esa quedó enmarcada en mi casa de Argentina”.
Su corazón argentino se nota en cada recuerdo, en su pasión por el Ciclón y también en sus posteos de Twitter gozando con la magia de Messi y la vuelta olímpica de la Selección Argentina en Qatar. Pero, claro, desde la AFA deben estar atentos a sus próximos pasos ante la amenaza de la tentación española. Mientras, Gonzalo Issa se entrena en el veraño europeo a la espera de definir en qué club jugará la próxima temporada luego de su paso por la Primera de Lorca Deportiva.