Real Madrid festeja todavía una Supercopa de España ganada por Arabia Saudita a base de goles y en medio de diversas polémicas tanto dentro como fuera del terreno de juego. El torneo que reúne a los cuatro mejores equipos de la última temporada en España, foco de líos en todos sus frentes. Arbitrajes, las sedes y un dinero que lejos está de repartirse de manera equitativa. ¿Cómo se soluciona?
Desde el 2018 que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) dio un giro de 180 grados al certamen. Se dejó atrás una final a doble partido entre los vencedores de LaLiga y Copa del Re. Todo esto para entrar en un formato a final four que ha pasado a manos de Arabia Saudita. Todo esto hasta el 2029 y en un contexto donde quienes no son Barcelona o Real Madrid están lejos de sentir el cariño de los suyos. Diego Pablo Simeone ya era irónico con el tema días atrás.
“Estoy muy contento por toda la gente de Arabia que nos vino a alentar, muchísima gente dentro del estadio alentando al Atlético de Madrid, es un crecimiento importantísimo del club”, palabras del argentino tras el 3-5 ante Real Madrid. Las gradas del Al-Awwal Park eran un océano de camisetas de Barcelona o el club merengue pese a tratarse de un torneo pensado para ‘todas las aficiones’ en comunicados de la RFEF. Para poner algo de contexto, Osasuna fue quien más fans llevó desde España con un total de 600 rojillos que tuvieron que cruzar una distancia de más de 4000 kilómetros. Récord en este sentido.
Pero los problemas no terminan ahí. Confirman a Bolavip que las instalaciones del torneo son de élite, que hubo un buen trato a las delegaciones de los cuatro equipos que viajaron y que a nivel deportivo poco o nada puede recriminarse. No ocurrió lo mismo en el césped, donde porteros de Osasuna como Sergio Herrera hablaron de un contexto enrarecido: “La Supercopa está hecha para que la jueguen Barcelona y Real Madrid”. Otras voces del club como el director general Fran Canal o el entrenador Jagoba Arrasate también manifestaron su enojo ante el tema.
¿Por? Por esa jugada donde Barcelona puso el 1-0 de la segunda semifinal. Robert Lewandowski finiquitó una acción donde Andreas Christensen dio un rodillazo a José Arnaiz que no fue calificado como falta. La polémica creció cuando por redes se hacia viral una imagen que entienden por el club que no llego al VAR. La pregunta es ¿Por qué? Y mucho más esto en tiempos donde se pretende limpiar la imagen del arbitraje publicando los audios de sus decisiones.
Un reparto singular
No hay equidad en el reparto. Barcelona y Real Madrid se llevaban 6 millones de euros solo por viajar. Todo esto de un bote de 40 ‘kilos’ anuales donde clubes como Osasuna han tenido que luchar para recibir apenas una propuesta de 1.950.000 euros. La inicial no alcanzaba ni siquiera el millón de euros según pudo confirmar Bolavip y de haberse mantenido, el club se hubiera negado a participar. Atlético de Madrid, presente en la cita por ser tercero en LaLiga, recibía hasta 3 millones por parte de la RFEF. ¿Se puede luchar con esto? Sí, pero no en un proceso corto o que garantice soluciones para los más humildes de LaLiga. Hay precedentes.
Valencia es el caso más singular. Los chés se demoraron tres años en una negociación con la RFEF para conseguir un acuerdo donde se le reconociera más dinero por su participación en el certamen. Según medios como EFE un monto alrededor de los 3 millones de euros por las ediciones 2020 y 2023. Confirman a Bolavip diversas fuentes que no son los únicos en considerar estas sumas de dinero como algo mínimo cuando hablamos de un torneo de 40 millones de euros. ¿Desigual? Que cada uno saque sus conclusiones.
Un coste de 240 millones
Es el precio del acuerdo con Arabia hasta 2029. Todo esto por un torneo cuyo formato es aplaudido en cuanto a dar entrada a más equipos, pero que todavía encuentra polémicas en cada una de sus ediciones. Que se dispute en un territorio donde se dan episodios de vulneración de derechos humanos, lejos de los estadios de LaLiga, con un reparto de dinero como mínimo inequitativo y con más episodios de polémica en el VAR, algunas de las quejas que ha recibido Bolavip sobre una Supercopa de España que pese a su nombre, no escapa a la polémica desde el anuncio de su creación en noviembre del 2019.