Todos los presentes en el Stade de la Mosson de Montpellier se rompieron las palmas para aplaudir la jugada a la que dio vida el seleccionado brasileño en el Mundial Femenino.
Empezó con un caño exquisito de Tamires, que también asistió al vacío para la carrera de Debinha.
Sin parar la pelota, la número nueve envió un centro perfecto para la cabeza de Cristiane, que sentenció a la arquera australiana y puso el 2-0 parcial para las Canarinhas.
Para la delantera, fue el cuarto gol en el Mundial de Francia, ya que le había marcado un hattricka Jamaica.
Marta había puesto en ventaja a Brasil de penal y sobre el final del primer tiempo llegó el descuento australiano por obra de Caitlin Foord.