Carlos Sánchez está viviendo una auténtica pesadilla que hace recordar los tiempos más oscuros del fútbol colombiano. Es que su expulsión temprana ante Japón, que provocó además el penal que dejó a Colombia abajo en el marcador, lo ha llevado a recibir las peores amenazas.
El grueso de las amenazas, algunas de ellas de muerte, se originó en las redes sociales y es por eso que ya se ha designado a un grupo especial de delitos informáticos de la policía para investigar la procedencia de las mismas.
En Colombia se ha generado un repudio mayoritario hacia estas acciones, que no han hecho más que recordar un trágico episodio que tuvo lugar tras la eliminación en el Mundial de Estados Unidos 1994.
En aquella ocasión, producto de un gol en propia puerta que se había anotado en el partido de fase de grupos ante Estados Unidos, fue acribillado a balazos Andrés Escobar.