La FIFA terminó de aprobar el uso del VAR en marzo del 2018 para que se implementara en la Copa del Mundo de Rusia de aquel año. Así, progresivamente se empezó a instaurar en el reglamento de las principales ligas del planeta. Y si bien es una herramienta que ya se ganó su lugar, todavía no logra cumplir la principal función por la cual se creo que era la de diluir las polémicas sobre los fallos arbitrales.
Incluso, en los aficionados generó más sospechas que antes a pesar de la cantidad de cámaras con las que cuenta el sistema. Y lejos de intentar llevar tranquilidad a la gente, quien agregó más dudas al tema -como si faltaran- fue el experimentado juez italiano Massimiliano Irrati en una entrevista que le concedió al periódico La Repubblica.
Irrati en la actualidad se desempaña mayormente en el VAR, por lo que dio su punto de vista a raíz de las controversias que eleva en el fútbol y en cómo es la interpretación y colaboración desde su lugar con el árbitro central: “El Var es una actividad tan especializada que debe realizarse el 100% del tiempo. Un VAR debe haber sido un árbitro de alto nivel o de al menos la misma categoría del que está designado en el campo”, señaló en primera instancia.
Pero después, tuvo una declaración que llamó poderosamente la atención, dando a entender que, en determinada circunstancia, podía llegar a hacer la vista gorda frente a un error del referee: “Cuando eres árbitro corres el riesgo de simpatizar con él árbitro de campo e incluso si la decisión es equivocada le dices: ‘Sé lo que se siente, no quiero arruinarte el día”.
Para cerrar, Massimiliano Irrati dijo que en la cancha, los jueces están expuestos a las equivocaciones por varios factores que se encargó de enumerar: ”Necesitas técnica arbitral y una distancia que el campo no te da, porque es pasión, implicación emocional. Y el VAR debe eliminar estos componentes en la medida de lo posible”.