El año de River aprueba raspando, como en la facultad, un 4 Fue malo, como dijeron mismo Enzo Francescoli y Jorge Brito en el sorteo del Mundial de Clubes. Incluso, lo mejor estuvo en el primer semestre, semestre que los hinchas querían tirar a la basura y echar a Martín Demichelis porque no se lo fumaban más.

En ese momento, el Millonario ganó la Supercopa que se festejó mucho porque fue contra el Estudiantes de Enzo Pérez. Y además, el equipo fue el mejor de la fase de grupos de la Copa Libertadores.

Por supuesto que también tuvo dos garrones: la eliminación con Temperley y la Copa Argentina y contra Boca en la Copa de la Liga, en un partido polémico por el recordado “no entró toda”.

En el segundo semestre, llegó Marcelo Gallardo. Se encendieron las ilusiones, Brito invirtió 25 millones de dólares en refuerzos y todos esperaban jugar la final de la Copa Libertadores en noviembre. ¿Qué pasó? Napoleón volvió en modo 2022 y perdió todo lo que jugó.

En la Libertadores se comió tres contra Atlético Mineiro, club que después de eso no volvió a ganar, coqueteó con el descenso en Brasil y echó a Gabriel Milito. Pero no solo eso, porque si en la Liga Profesional le hubiese ganado a Independiente Rivadavia, a San Lorenzo y a Racing, hubiese sido campeón.

A todo esto, los gallardistas aplauden y dicen, “Cómo mira Gallardo a los jugadores”… Como si él no tuviese nada que ver con este espanto futbolístico que es el equipo. Explíquenme entonces, ¿cómo hace el Muñeco para que este River que no da pie con bola, el año que viene sea una maquinita y gane la Libertadores?.