Dicen que las comparaciones son odiosas, pero en San Lorenzo fueron a fondo. Tanto los hinchas como los dirigentes del club están encantados con el trabajo que viene realizando Rubén Darío Insúa con un plantel que no cuenta con las figuras de otros tiempos pero se las ingenia para no perderle pisada a River en la lucha por el título.
La victoria de este miércoles en el clásico contra Boca disputado en el Gasómetro aumentó la expectativa, pero vale la pena aclarar que el convencimiento que existe en relción al desempeño del entrenador excede a ese último partido. De hecho, el presidenteCarlos Horacio Arreceygor ya lo había manifestado desde la previa.
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“Nosotros tuvimos que pasar por un proceso de mucha austeridad. Ahora estamos trabajando con bases sólidas. Ojalá podamos tener un Gallardo en San Lorenzo, un entrenador a largo plazo”, había expresado el dirigente en diálogo con Radio La Red, horas antes que San Lorenzo y Boca se vieran las caras.
Marcelo Gallardo dirigió a River durante ocho años y medio, durante los cuales conquistó siete títulos a nivel nacional y siete más a nivel internacional, entre los que destacan las Copas Libertadores de 2015 y 2018. Se difícil, prácticmente imposible en el fútbol argentino, que un proceso de semejante extensión pueda garantizarse en ausencia de una colecta reiterada de títulos.
Rubén Darío Insúa llegó a San Lorenzo en mayo del año pasado y logró un meritorio sexto puesto en el torneo anterior, cuando las cosas no marchaban bien. Actualmente, es el único escolta de River y comenzó con el pie derecho su participación en la Copa Sudamericana, derrotando 1-0 como visitante a Estudiantes de Mérida. Pero lograda la estabilidad de la que habla Arreceygor, especialmente si se traduce en más y mejores refuerzos a futuro, la demanda del hincha será más ambiciosa. Y se sabe que cuando esa expectativa no se cumple son pocos los pasos que llevan del amor al olvido.