Como no podía ser de otra manera, el reestreno de Ángel Di María en Rosario Central fue con gol incluido. El crack que regresó al fútbol argentino luego de una larga estadía en Europa, marcó un tanto para que su vuelta sea tan soñada como lo esperaba él y todo el pueblo Canalla. A falta de pocos minutos, Fideo envió la pelota al fondo de la red y el Gigante de Arroyito explotó de alegría, aunque solo por un rato.
Lo cierto es que a los 34 minutos del segundo tiempo, el árbitro del encuentro sancionó un polémico penal tras una infracción en el área de Godoy Cruz. Pese al eufórico reclamo de los jugadores del equipo mendocino, Di María lo cambió por gol y desató el delirio en buena parte de Rosario. Pero además, el festejo tuvo dos condimentos extras que fueron parte del combo.
La emoción fue tan grande que pasó de ser una enorme sonrisa a un mar de lágrimas. Porque claro, Fideo no pudo contener el llanto durante la celebración de su anotación tras casi dos décadas de haber emigrado hacia el Viejo Continente. Pero también fue amonestado ya que se sacó la camiseta mientras festejaba con sus compañeros en la zona del tiro de esquina.
Apenas unos instantes más tarde de la alegría que inundó el Gigante de Arroyito y dejó afónicos a las almas Canallas, Di María salió lesionado. Pocos minutos después de haber marcado el primer tanto de la jornada, Angelito se retiró del campo de juego notablemente dolorido y fue rápidamente atendido en el banco de suplentes por los especialistas médicos de la institución.
Las imágenes son lo suficientemente evidentes: el futbolista estaba muy afectado, mientras era tranquilizado por un integrante del cuerpo técnico y los médicos lo revisaban. Aunque todavía no se sabe la verdadera gravedad de la lesión que lo obligó a dejar el césped de manera anticipada, al término del compromiso se mostró en buenas condiciones por lo que no sería tan preocupante.
Para llevar tranquilidad a los fanáticos, el propio Fideo confesó qué le sucedió. “Fue un pisotón en el hueso nada más, estoy tranquilo”, reveló. Luego, completó su discurso en diálogo con TNT Sports y declaró: “El fútbol argentino es así. Hicimos un buen partido, tuvimos muchas posibilidades pero no pudimos convertir. Después sí pero no lo pudimos aguantar, es un garrón porque faltaba poquito”.
La fiesta no pudo ser completa en Arroyito. Cuando parecía que la felicidad iba a quedarse del lado de Di María y el pueblo de Rosario Central que volvió a tener a su ídolo, apareció Vicente Poggi para amargar la tarde. Es que el mediocampista del Tomba anotó el 1-1 definitivo en una de las últimas jugadas del tiempo adicional y rescató un empate en un escenario adverso.
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