Fue un 14 de febrero que firmó el contrato para volver al club de sus amores. Dice que nunca pudo alejarse demasiado y, a sus 38 años -a meses de cumplir 39- y pese a que le quedaban algunos años todavía de Primera División, Sebastián Prediger decidió volver a Unión de Crespo, el club donde empezó a patear la pelota.
“Más allá de poder haber seguido dos o tres años más, sentía que era el momento y me convencí. Y miro atrás y no me arrepiento, estoy muy satisfecho. He hablado mucho con compañeros y técnicos y me pidieron que no abandone, que no deje. Estoy muy satisfecho”. Así se presentaba el Perro en conferencia de prensa hace apenas cuatro meses.
Pese a haber jugado en Boca, el peor Boca de la historia, y haber sido campeón con Tigre, el Perro eligió seguir en la sexta división del fútbol nacional.

Prediger en la semi ante Argentinos de la Copa De la Liga 2022. Getty Images.
Ahora, está por jugar las semifinales de la Liga de Paraná Campaña ante Club Atlético Litoral para alcanzar un lugar en la definición del torneo local. El primer partido, como local, fue 2 a 1 y viajará a María Grande para la vuelta.
Lo último que había jugado Prediger a nivel profesional fue el Reducido de la B Nacional con Colón, a fines del 2024. Ya en el 2025, el club le informó que no iba a ser tenido en cuenta para la temporada 2025 y quedó libre. Según el mismo volante, tenía chances de ir a varios clubes de Primera, pero prefirió volver a su ciudad natal y jugar en el club de Crespo, su ciudad.
“Fue mi decisión siempre no alejarme tanto, ni siquiera del país. Fue siempre un factor de debilidad, podría haber seguido jugando en Primera, pero voy a disfrutar esta nueva etapa en mi carrera, que todavía es mi carrera”, dijo en aquella presentación. “Soy un agradecido porque me siento un tipo muy respetado. Cuando miro para atrás no puedo sentir más que orgullo”.
Es cierto, el Perro -que surgió jugando en Colón y debutó de la mano de Alfio Basile- pasó por Boca, Tigre, Estudiantes, Newell’s, Belgrano y San Martín de Tucumán. Pero no anduvo demasiado por el exterior: Porto y Baniyas, de Emiratos Árabes. En ambos estuvo muy poco. También tuvo pasos escuetos por Millonarios y Cruzeiro.
Un laburante del medio
Con la 5 en la espalda, Sebastián tuvo un intenso recorrido en el fútbol local. Dos ascensos a Primera con Tigre y Atlético Tucumán con un título incluido y la Copa de la Superliga (única vez que llevó ese nombre) que le ganó a Boca en la final, con Gorosito de un lado y el equipo de Alfaro del otro.

El título que celebró en Tigre. Foto IG.
Subió a Primera en el Sabalero de la mano de Alfio Basile, con aquel plantel espectacular que se desarmó por problemas económicos. Si bien fue al banco por primera vez de la mano del Huevo Toresani en el 2006, recién debutó en Primera un año después, en octubre del 2007, con Leo Astrada de entrenador. Ya tenía 21 años.
Terminó jugando todo ese torneo como titular. Como recuerdo de aquellos primeros partidos le quedó una victoria 2-0 en el Monumental, con goles de Tito Ramírez y Totono Grisales. Después de un 2008 ya como una fija en el equipo, Colón tuvo su mejor torneo en el 2009, finalizando cuarto en el Torneo Final que definieron Vélez y Huracán.
Fue su momento de dar el salto: después de ese campeonato, las oficinas del Sabalero recibieron varias consultas, pero terminó firmando con el Porto, por una cifra cercana a los 3.3 millones de euros. “Vengo a Porto para que Diego me vea”, dijo en aquel momento, pensando en la chance de ser parte de las convocatorias de Maradona pensando en el Mundial de Sudáfrica 2010.
En mayo de aquel año ya había sido parte de la citación, para un amistoso con Panamá. “Todos me deslumbraron, la verdad es que me encantaron todos, pero si tengo que decir uno, elijo a Prediger, es el jugador a seguir mirando”. Tras aquella victoria 3-1 y con la ausencia de los jugadores de Boca, el Diez le dedicó unas palabras que hicieron mella en el mediocampista.
“No puedo creer que Maradona haya dicho que fui el mejor de la cancha. Es muy lindo que te halague un técnico, y más que ese técnico sea Diego, estoy emocionado. Sé que es difícil porque los volantes centrales de la selección, Mascherano y Gago, son cracks. Igual uno siempre se ilusiona”. Aquel partido del 20 de mayo del 2009 fue el único que jugó en la Selección.
En Portugal tampoco jugó mucho, aunque en su palmarés figure la Copa de Portugal del 2010. Pese a que tenía el sueño de jugar Champions o Europa League, no le tocó ser parte de ninguna de las dos. Y por eso cuando tuvo la chance, se fue a préstamo por seis meses a uno de los equipos que lo quería desde Colón: Boca.

Jugando en Unión de Crespo. Foto Unión de Crespo.
“Decidí salir del Porto para agarrar continuidad, obviamente que si se me da en un club tan grande como Boca, mucho más contento con eso. Espero poder hacer las cosas bien, para también abrir nuevas puertas“. No fue el caso: apenas jugó tres partidos en esos cinco meses y con dos técnicos diferentes: Abel Albes primero y Roberto Pompei en la última fecha de aquel 2010.
Eso sí, al menos le tocó compartir cancha nada menos que con Martín Palermo y Juan Román Riquelme. Boca terminó el torneo en la 16° posición, con las salidas primero de Alfio Basile y luego de Carlos Bianchi como manager en la pretemporada, y sin haber jugado Libertadores.
Fue la peor campaña de la historia, con apenas el 35% de los puntos. La victoria ante River fue la única sonrisa de un equipo plagado de estrellas pero que nunca pudo hacer pie. “Me arrepiento de no haber disfrutado la etapa en Boca y de no haberlo tomado con la responsabilidad que se merece”,dijo alguna vez sobre su fugaz paso por el club.
Por eso, cuando surgió la chance de ir a préstamo a Cruzeiro, no lo dudó. Llegó a Boca lleno de ilusión que se apagó rápidamente. Sin jugar en Brasil, su casa le abrió las puertas y volvió a Santa Fe para jugar en Colón por tres temporadas. Ahí sí recuperó la continuidad y se fue un semestre antes de que el Sabalero cayera en la B Nacional, ya en el 2014. No sería su última etapa en el club.
Dejando atrás una abultada deuda con el equipo santafesino, firmó otra vez por cinco meses con el club de Abu Dabi. Todavía faltaban algunos capítulos más antes de vivir las mejores temporadas de su vida con la camiseta del Matador.
Un Perro en Tigre
Pasó Estudiantes, para volver al país tras seis meses en Emiratos. Luego Belgrano, Newell’s y San Martín de Tucumán, su primera experiencia en la B Nacional. En los cuatro equipos rindió y tuvo buenas campañas. En el Ciruja llegó a ser capitán y jugar el reducido por el que ascendieron a Primera, en la temporada 2017/2018.
Sin embargo, no se fue del todo bien de Tucumán. Su amigo el Lobo Ledesma estaba dirigiendo en Tigre y lo pidió, acordó su desvinculación pero comenzaron los entredichos. Finalmente, recaló en el Matador para vivir sus mejores años.
Para agosto de 2018 ya era capitán del equipo. Y en el 2019 estaba dando la vuelta olímpica: en aquella Copa de la Superliga, que tuvo una sola edición ya que la segunda se suspendió por la pandemia, jugaron los 26 equipos y Tigre y Boca terminaron definiendo aquel torneo en una final mano a mano.
Cuestiones del destino, tras ganar 2-0 en el Kempes, el equipo descendió, tras 12 años en la máxima categoría. Sin embargo, al año siguiente jugó igualmente la Copa Libertadores. En el 2021 y de la mano de Diego Martínez, el Matador volvió a Primera, siendo campeón y venciendo en la final a Barracas Central.
Iba a jugar otra final el Perro, y otra vez ante Boca, pero esta vez fue derrota ante el Xeneize y por la Copa de la Liga Profesional. Su último torneo con el Matador fue en el 2023, para regresar a Colón una vez más, esta vez en la B Nacional. El sueño del ascenso no se pudo dar y luego de las 38 fechas del torneo, se fue en condición de libre.

En Colón, su otro amor. Foto Seba Prediger.
Volver a casa
El objetivo de Prediger en Unión de Crespo, donde uno de sus hijos juega en las Inferiores, no sólo es futbolístico. “Hay un proyecto nuevo que es mejorar todo lo que es Unión y llevarlo a lo más alto, empezando por lo más simple que son las Inferiores y mejorar las instalaciones dentro de otras cosas; hay mucha gente que está ayudando, colaborando y que está metida y que cree que esto puede funcionar. Esperamos que esto pueda seguir acompañado de un buen fútbol y ganar si es posible. La idea es que los chicos vayan teniendo sus posibilidades y el día de mañana sea un equipo que se haya formado acá en Unión”.
Mientras tanto, sigue saliendo a la cancha con uno más. Toda su trayectoria es un detalle mientras él disfruta de estar cerca de los suyos. Y quizá tenga chance de volver a dar una vuelta olímpica. Y en su casa, ¿hay algo mejor?







