Con el fútbol mundial de luto por la muerte de Juan Izquierdo y el foco puesto en Nacional de Montevideo, Mateo Antoni se despachó con una emotiva carta. El joven de 21 años, compañero de concentración del Bolso, le dedicó unas palabras en sus redes para despedirlo.
“Año y medio hace que te conozco y desde el día uno siempre fuiste una persona increíble para mí. Me ayudaste, me aconsejaste, me apradinaste, me exigiste, me puteaste, me abrazaste, me reíste“, comienza diciendo el joven de 21 años en su posteo en Instagram.
Más adelante, recordó: “Cuando nos levantábamos cerca de las 11 sin siquiera ir a desayunar, prendíamos fútbol uruguayo y vos en ese mismo instante te ponías a hacer videollamada con tu esa niña hermosa y tu esposa. Esa familia que en todas las charlas las recordabas , que hacías alusión a que salías a comerte la cancha solo por ellas 2“.
“Siempre voy a estar cuidando tu espalda, porque sé que vos vas a estar cuidando la mía“, expresó Antoni y cerró: “¿Cómo no voy a ser tu hermano? Si hoy soy quien soy en parte gracias a vos también. Te voy a extrañar para siempre, mi querido amigo“.
El mensaje completo de Mateo Andoni
Año y medio. Año y medio hace que te conozco y desde el día uno siempre fuiste una persona increíble para mí. Me ayudaste, me aconsejaste, me apradinaste, me exigiste, me puteaste, me abrazaste, me reíste, me tantas cosas que no me da para describir lo excelente persona que fuiste conmigo.
Podría decir tantas cosas de vos. Año y medio que todos los días pre partido yo llegaba a la habitación cerca de las 00 y vos ya estabas ahí, con ese ronquido que se sentía desde el pasillo y si supieras las veces que te putee internamente.
Al otro día, cuando nos levantábamos cerca de las 11, sin siquiera ir a desayunar, prendíamos fútbol uruguayo y vos en ese mismo instante te ponías a hacer videollamada con tu esa niña hermosa y tu esposa. Esa familia que en todas las charlas las recordabas, que hacías alusión a que salías a comerte la cancha solo por ellas 2. Nos hacías recordar que nada importaba más que la familia y que había que darlo todo por ella.
Siguiendo nuestra rutina, almorzábamos y generalmente dormíamos la siesta. Luego nos levantábamos a la hora que debíamos y nos íbamos al partido. Partido en el que también estábamos juntos, como compañeros de defensa. Cuantas podré recordar juntos.
Lo que si me va a quedar para toda la vida es que yo siempre te voy a estar cuidando tu espalda porque sé que vos me vas a estar cuidando la mía. Como me dijste antes de salir al último partido juntos: “Tranquilo ñery , ¿somo hermano o que somos?”. ¿Cómo no voy a ser tu hermano? Si hoy soy quien soy en parte gracias a vos también. Te voy a extrañar para siempre, mi querido amigo.