Cuando Daniel Alberto Passarella aceptó la invitación del Club Atlético River Plate para condecorar a los campeones del mundo en la previa del encuentro ante Argentinos Juniors por la tercera fecha de la actual temporada de la Liga Profesional de Fútbol de Argentina, muchos imaginaron que se trataría de un problema muy grande.
Es que, más allá de que Passarella fue un defensor fenomenal que brilló con la camiseta del Millonario, donde también tuvo un paso más que satisfactorio como director técnico, lo cierto es que fue uno de los presidentes más cuestionados de toda la historia de la entidad del barrio porteño de Núñez. Y eso es algo que los hinchas no olvidan.
Sucede que Passarella, campeón del mundo con el seleccionado argentino en 1978, fue el presidente durante el primer y único descenso de River hacia la segunda categoría del fútbol argentino. Por ende, es catalogado como uno de los principales responsables de ese desenlace completamente fatídico e inesperado por el mundo del fútbol.
En medio de ese panorama, este domingo llegó el momento tan esperado. Por un lado, por el reestreno del Estadio Monumental tras las impactantes obras que lo remodelaron y lo ampliaron. Por el otro, por el debut del equipo en condición de local en este 2023. Y, por último, por la presencia de los campeones del mundo entre los que estuvo Passarella.
Bajo esa órbita, muchos imaginaron bastante repudio para el exdefensor. Otros tantos auguraron algunos aplausos. Sin embargo, lo cierto es que el estadio Antonio Vespucio Liberti le propinó a Passarella una clara indiferencia. Reconoció a otros de los homenajeados pero no expuso ninguna reacción hacia el Kaiser. Un tanto inesperado.