Universidad de Chile logró una heroica victoria ante Unión La Calera por 3-2 con goles en los minutos finales del compromiso y tuvo que revertir un 2-0 en contra. Con este resultado, los azules se quedaron en Primera División y desataron la euforia de los hinchas tras vivir un complicado Campeonato Nacional.
Cristián Romero alzó la voz tras el triunfo del Romántico Viajero y analizó lo que fue el complicado compromiso, que solamente se pudo destrabar con el gol en el tiempo de agregado de Junior Fernandes y detalló que este es una de las hazañas más grandes en la historia del club estudiantil.
“Si se vuelve a repetir no lo sé, pero va quedar en la historia como una de las hazañas más grandes del club porque es como ganar un título, guardando las proporciones. Pero este recuerdo me lo voy a llevar hasta la tumba. Y también en la otra etapa, en la otra parte cuando celebramos después de 25 años un título. Son tantos años en este club que el sufrimiento fue muy grande de vivir estas cinco fechas con toda la presión que eso significaba por el momento”, comenzó diciendo Relojito.
“Fue una explosión de muchas emociones, y me siento orgulloso por lo que hicieron los jugadores porque no era fácil revertir una situación así. Por un momento jugamos mal al fútbol, que era lo que extrañaba, le dimos seguridad ofensiva al equipo, no nos llegaban con tanta facilidad, y hoy día se hizo muy cuesta arriba cuando íbamos 2-0 abajo”, añadió.
Para finalizar, el DT interino de la U recalcó que siempre tuvo confianza en que sus jugadores podían revertir el mal momento y resultado ante los Cementeros. “De esto se trata la fe y la confianza, de confiar hasta el último momento, de no bajar los brazos. Yo sentí que lo sacaríamos esto adelante, sentí que este rival podíamos jugar nuestra opción arriesgando atrás, nunca pensé que se daría de esa manera, pero era un equipo que sale jugando, que da la opción de presión y estar más cerca del arco”, cerró.
Ahora, habrá que ver que será del futuro de Romero en la U, y es que el estratega solamente fue contratado por cinco partidos y con un objetivo claro: salvar a la U del descenso, el cual ya cumplió.