Universidad de Chile quiere volver a los abrazos y si bien no es por el Campeonato Nacional, la Copa Chile siempre es una muy buena instancia para poder probar y recuperar las confianzas en las internas de equipos que no la vienen pasando bien.
Y a eso apela el técnico Diego López, tras dar descanso a varios elementos – algunos de esos jugadores ni siquiera viajaron a El Salvador – y es por aquello que para medirse ante Cobresal en el Estadio El Cobre por los octavos de final de la Copa Chile, el estratega dispone de ocho variantes en relación al equipo que cayó el sábado último ante Provincial Curicó Unido.
Para este partido, López decidió sacar de la titularidad a Yonathan Andía, Marcelo Morales, Ignacio Tapia, Lucas Assadi, Darío Osorio, Emmanuel Ojeda, Jeisson Vargas y a Ronnie Fernández, para probar otros jugadores y dar descanso a quienes tendrán que llevar el peso de la campaña pensando en las ocho finales que restan en el torneo local.
Como lo informó Bolavip en la jornada de ayer, la formación ya confirmada en la U es con Campos; Navarrete, Brun, Bastián Tapia y Castro; Seymour, Cordero, Poblete y Aránguiz en el medio, con Junior Fernandes y el Chorri Palacios en ofensiva.
Una particularidad otorga este equipo que hoy se mide con Cobresal. La media y la lógica casi siempre manifiesta que cuando un entrenador dispone de un equipo más alternativo, este suele ser un poco más joven en virtud del que viene jugando con más regularidad, paradigma que hoy Diego López rompe.
Si analizamos el equipo estelar ante los curicanos, el promedio de edad de esos once jugadores fue de 24,6 años, siendo Osorio y Assadi con 18, quienes bajaron ese indicador. Para hoy en cambio, ese indicador aumenta a 26,2 años con Renato Cordero como el más novel de la oncena, con 19.
Una llamativa situación que nos entrega la U de Diego López, una de las tantas de esta Universidad de Chile a lo largo de esta sufrida temporada 2022.