Universidad de Chile disfruta días dulces luego de un comienzo lleno de dudas al perder dos de sus tres primeros partidos del Campeonato Nacional. No sé si recuerden, pero algunos ya apostaban por la temprana debacle de Mauricio Pellegrino en la banca azul, como una continuación genuina del loop que se viene dando en el cuadro universitario año a año.

Pero, la U se levantó. Lo hizo ganando -con poco- a Magallanes, dejando dudas, pero sumando de a tres. Luego vino O'Higgins, 40 minutos para el olvido, con un sistema táctico que no daba para más. Y ahí vino el cambio, con Xavier Tamarit en la banca, los azules salieron a jugar ese segundo tiempo en Rancagua anulando a un rival que había sido superior, con transiciones rápidas y con un gol en los últimos minutos, de esos que se festejan mucho más.

La duda estaba instalada ¿Contra Curicó, Pellegrino mantendría su esquema rígido o se abrirá al cambio? ¿Lo mostrado en el segundo tiempo ante O'Higgins había sido un oasis o los azules mantendrían esa línea de juego?

Y llegó el viernes. Un viernes dulce para la U como hace mucho tiempo no ocurría con un equipo que sólo se vio sobrepasado en los 10 minutos iniciales del segundo tiempo. El resto, un monopolio. Toques de lado a lado, seguridad defensiva y verticalidad cuando se requería, con jugadores veloces y que estuvieron claros a la hora de definir.

Universidad de Chile le ganó a Curicó Unido y firmó su tercera victoria al hilo (Agencia Uno)

Justamente las figuras del equipo fueron sus refuerzos. Una materia en la que el club laico está en deuda hace rato, pero, ante Curicó mostró una columna vertebral precisamente formada por jugadores recién llegados: Matías Zaldivia, Federico Mateos y Leandro Fernández.

No es que jueguen solos, no. Pero ese aporte individual han hecho que sus compañeros se potencien, han contagiado a los demás, como ese el caso de Luis Casanova y Emmanuel Ojeda, construyendo sociedades que le están dando mucho rédito a un equipo necesitado de victorias.

 

El bonus track es Nicolás Guerra, que volvió luego de su paso por Ñublense y que en entrega no se había quedado, pero le faltaba el gol, y vaya cómo debutó nuevamente en las redes con la camiseta de la U.

Es muy temprano para hacer análisis y diagnósticos, pero hay una cosa clara: los refuerzos prometen y comienzan a rendir, algo que no estaba pasando en la U, algo que sufrieron Luis Roggiero, Santiago Escobar y compañía.