Frustración y rabia, eso es lo que mejor puede describir las sensaciones que reinan en la Universidad de Chile tras la eliminación sufrida en manos de O’Higgins, durante la noche del miércoles en el Estadio Santa Laura.
Un adiós doloroso de la Copa Chile y que dejó de manifiesto la bronca, rabia e ira de su técnico Mauricio Pellegrino. El argentino, sin lugar a dudas, vivió la noche más compleja desde que llegó a hacerse cargo del banquillo de los universitarios.
Y fue durante el segundo lapso, en que el trasandino definitivamente se le vio más histriónico desde su llegada al país, manos en el rostro, brazos cruzados y hasta lanzar una botella lejos, fueron algunas de sus reacciones durante la noche en Plaza Chacabuco.
La más llamativa, fue tras el horrible tiro libre sobre el final de compromiso que no hizo otra cosa que llevarse las manos a su rostro en señal de vergüenza como pidiendo alguna explicación.
Otro momento fue el del tiempo que hacía Pedro Pablo Hernández, que provocó que Pellegrino sentado en su banco, abriese los brazos en señal de pedir apurar el juego hacia el árbitro.
Pero el icónico instante fue cuando otra vez sentado, rostro abajo y mano sobre su cabeza, para luego levantarla, tomar una botella de plástico y lanzarla lejos, siendo el gesto de mayor rabia desde que está en Chile.
Sin duda, un Pellegrino que comienza a perder la paciencia y si de continuar los malos resultados, veremos qué podría llegar a ocurrir. Por lo pronto, Universidad Católica es su más próximo desafío que aparece casi como una obligación ganarlo, de lo contrario, se pondrá pesado el camino para el entrenador.