Después de un primer tiempo donde el amo y dominador fue el Flamengo, la segunda mitad no fue de ninguno de los dos. Ni el Fla ni el Liverpool estaban haciendo las cosas para merecer el triunfo.
Pero en la última de los 90 minutos casi se le da a los dirigidos por Jurgen Klopp. Rafinha tumbó a Mané en el borde del área y el arbitro cobró penal.
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Los jugadores del equipo brasileño se la agarraron con el arbitro y le gritaron de todo para que se retracte de su decisión. El reclamo era porque el senegalés sufrió el foul afuera del área, según indicaban los cariocas.
El VAR llamó al juez y la decisión sorprendió a todos. No solo no cobró la pena máxima sino que tampoco tiro libre, para los jueces no fue nada.
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De esta manera, se mantiene el empate y el encuentro irá a tiempo extra. Si esto sigue así en los próximos 30 minutos, todo terminará en penales.