Real Madrid y Zinedine Zidane separaron sus caminos 4 días atrás con un comunicado que no parecía explicar muy bien los porqué de un divorcio que ahora mismo tiene al club en un punto muerto a nivel de planeación deportiva. Por medio de una carta abierta en el Diario AS, ZZ comentó los motivos de su adiós con palabras meramente dirigidas a la figura de Florentino Pérez.

 

“Desde hace veinte años, desde el primer día en el que pisé la ciudad de Madrid y me vestí con la camiseta blanca me habéis dado vuestro cariño...Por todo ello quería escribiros esta carta para despedirme de vosotros y explicaros mi decisión de dejar el banquillo”, empezaba Zizou en su relato.

Agradecimiento al máximo dirigente: “Pasar veinte años en el Madrid ha sido la cosa más bella que me haya pasado en la vida y sé que se lo debo exclusivamente a Florentino Pérez que apostó por mí en el 2001, que peleó por mí, para hacerme venir cuando había cierta gente que estaba en contra. Lo digo de corazón, siempre le estaré agradecido al presi por ello. Siempre”.

Falta de memoria y apoyo, los argumentos del francés para marcharse

“En mayo del 2018 me fui porque después de dos años y medio con tantas victorias y tantos trofeos sentía que el equipo necesitaba un nuevo discurso para mantenerse en lo más alto. Hoy las cosas son diferentes. Me voy porque siento que el club ya no me da la confianza que necesito, no me ofrece el apoyo para construir algo a medio o largo plazo. Conozco el fútbol y conozco la exigencia de un club como el Madrid, sé que cuando no ganas te tienes que ir. Pero aquí se ha olvidado una cosa muy importante, se ha olvidado todo lo que he construido en el día a día, lo que he aportado en la relación con los jugadores, con las ciento cincuenta personas que trabajan con y alrededor del equipo…Incluso, de cierta forma, se me ha reprochado”, comentaba el francés sobre el desgaste en su relación con los dirigentes.

 

 

Para terminar, aseguró haber sido víctima de un complot interno: “No pedía privilegios, por supuesto que no, sino un poco más de memoria. Hoy la vida de un técnico en el banquillo de un gran club es de dos temporadas, no mucho más…Por eso me dolía muchísimo cuando leía en la prensa, después de una derrota, que me iban a echar si no ganaba el siguiente partido. Me dolía a mí y a todo el equipo porque estos mensajes filtrados intencionalmente a los medios de comunicación creaban interferencias negativas con la plantilla, creaban dudas y malentendidos”.