Dos ciclos, 263 partidos y 11 once títulos es lo que deja Zinedine Zidane tras abandonar Real Madrid. Unos registros que sin ir al detalle dejan poco o nada que cuestionar durante los casi 5 años que el francés fue el capitán del equipo Merengue. En tiempos donde se pide que rueden cabezas en el vestuario, comparamos los dos períodos de ZZ en la capital española.

 

Es imposible no arrancar por las conquistas, donde entre 2016 y 2018 Zidane consiguió 9 de las 11 que ostenta con Real Madrid. Una Liga, 3 Champions, 2 Mundiales de Clubes, 2 Supercopa de Europa y una Supercopa de España. Ya en su segundo paso, solo pudo levantar una Liga y otra Supercopa en enero de 2020.

No era el mismo plantel y ZZ lo sabía. A la salida de CR7 se le sumó el desgaste de jugadores como Ramos, Carvajal, Marcelo y el polémico caso de Gareth Bale. Yéndonos meramente a sus números, el francés paso de sumar el 69.80 de la unidades en su primer ciclo a tan solo 59% en el segundo. 10 puestos de diferencia que se explican en buena parte por los 393 goles anotados en primera aventura en el Bernabéu (149 PJ) vs. los 203 que apenas consiguieron sus jugadores en los recientes 114. Faltaban goles, se sabía y el primero en sufrirlo fue el galo.

Ausencia de estrellas, clave en la caída final

Cristiano marcó 112, siendo el máximo anotador de ese primer ciclo. Le seguían Benzema y Bale con 43 y 40. En el segundo Karim lideró el apartado con 65, aunque para sorpresa de todos el siguiente en carrera es Sergio Ramos con 17. Rotundo.

La falta de estrellas es aún más visible cuando vemos que solo Benzema y Kroos superaron en los últimos meses la barrera de las 20 asistencias. Como otros apuntes a tener a cuenta, solo el nombre de Thibaut Courtois pudo meterse entre los jugadores con más partidos en su era que no haya estado en el primer ciclo.

Los datos dan la razón a quienes consideran que ha llegado el momento de revolución en Real Madrid. Una donde no solo se busquen estrellas de garantías para un equipo obligado a salir campeón cada 12 meses, sino una que permita dejar de exprimir hasta las últimas consecuencias a una vieja guardia que marcó con gloria las páginas del equipo y que no ha podido insertar en su once sangre nueva.