Visibilizar. Concientizar. Darle su espacio, su lugar. Su día. Es por eso que desde el 2014 se celebra el Día Internacional del Fútbol Femenino. Cada 23 de mayo se busca generar conciencia sobre el poder transformador del fútbol para las niñas y mujeres. Y es por eso que es un día de festejo. Aunque es mucho más que eso.

La iniciativa fue presentada durante el seminario de CONCACAF (Confederación del Norte, Centroamérica y el Caribe de Fútbol) realizado en Filadelfia en octubre del 2014, en el que las 37 asociaciones miembros decidieron instaurarlo. Luego destacada por la FIFA y extendida a varios países del mundo, donde se celebra anualmente.

A 57 días del inicio de la novena Copa del Mundo femenina organizada por la FIFA, con los ojos puestos en lo que ocurrirá con las 32 selecciones que estarán en Australia y Nueva Zelanda, el fútbol femenino aún sigue rompiendo barreras y buscando el apoyo necesario para que cada vez haya más espacios en los que las mujeres puedan desarrollar su pasión.

Si bien en 1991 la FIFA organizó el primer mundial oficial, la historia de esta competencia comenzó varios años antes, con el primer torneo disputado en Italia en 1970 donde participaron ocho selecciones y que en 1971 tuvo su segunda edición disputada en México, con el título para Dinamarca.

Aunque los avances desde aquellos días a hoy fueron enormes, aún resta muchísimo por hacer. En todo el mundo, las ligas buscan aún convertirse en profesionales, que las jugadoras sean reconocidas como trabajadoras y perciban un sueldo digno que les permita desarrollar la actividad. Que cada vez más niñas tengan espacios acordes para comenzar con la práctica. Que tengan los mismos derechos.

“Nos comprometemos a aprovechar el impulso y acelerar el desarrollo entre ediciones de la Copa Mundial Femenina de la FIFA (…) es nuestra obligación contribuir a que las competiciones de clubes sean más robustas, en pro del desarrollo continuo del fútbol femenino”, expresó Gianni Infantino al presentar el segundo Informe de Evaluación llamado “El Camino del Cambio”, a fines del 2022.

Récords de público asistente, de espectadores a través de las diferentes transmisiones, entradas que se agotan en pocos días, partidos cada día más interesantes, jugadoras jóvenes que se destacan, equipos que buscan afiliarse a las asociaciones, instituciones que invierten en estructura para sus planteles, clubes que convocan a jóvenes para conformar sus canteras, sponsors que apoyan a la actividad, campeonatos con premios más importantes. El fútbol femenino no detiene su crecimiento. Y se celebra.