Las tres principales escuderías de la actualidad atraviesan momentos muy distintos en la previa del Gran Premio de Emilia-Romaña. En Ferrari todo es color de rosa: son los líderes del campeonato por amplio margen y el rendimiento de su monoplaza es óptimo, por lo que trabajan con comodidad y cuidan el presupuesto. En Red Bull Racing hay cierta preocupación por las fallas que ha presentado Max Verstappen, aunque todo parece indicar que lo solucionarán para la próxima fecha. En Mercedes-AMG Petronas, mientras tanto, la historia no tiene buena pinta…

Tanto Lewis Hamilton como George Russell han presentado limitaciones en Baréin, Arabia Saudita y Australia, a pesar de que sus resultados le alcanzan al equipo alemán para ser segundo en la tabla de constructores. Está claro que no tienen un coche competitivo, por lo que Toto Wolff y compañía hacen lo imposible para mejorar cada detalle. Pero cuentan con un gravísimo problema.

Mientras el siete veces campeón del mundo exige por actualizaciones lo antes posible para poder dar pelea en los primeros lugares, el jefe aseguró que no se apresurarán en invertir una millonada para solucionar las fallas. Y esta no es una decisión que toma para cuidar la billetera, sino porque los ingenieros aún no han detectado dónde se encuentran los inconvenientesen el monoplaza.

“Hemos realizado más de 100 experimentos con la configuracióndel coche: la distancia con respecto al suelo, hacia arriba y hacia abajo, con mayor o menor amortiguación, el posicionamiento de las alas, diferentes alerones traseros… Perotodavía no hay señales de una solución. Es un problema complejo”, solucionaron los mismos en conferencia a la prensa alemana.

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La situación es más grave de lo que parece en la interna deMercedes-AMG Petronas. El Gran Premio de Emilia-Romaña se acerca, y ellos aún no saben cuáles son los motivos para que el coche plateado sea más lento que los de Ferrari y Red Bull. Además, por si fuera poco, cuentan con la frecuente presión de Lewis Hamilton por perfeccionar cada ítem del monoplaza.