Los fanáticos del boxeo recibieron con enorme decepción el hecho de que Errol Spence se bajara de la pelea del próximo 21 de agosto anta Manny Pacquiao, que iba a realizarse en la T-Mobile Arena de Las Vegas, a causa de un desprendimiento de retina en su ojo izquierdo que se le detectó en sus últimos estudios.

Pero lo cierto es que más allá de que se haya frustrado el que posiblemente iba a ser el combate del año, no se hizo otra cosa que cuidar la integridad física del campeón mundial estadounidense. Es que de no haberse descubierto esa lesión en tiempo y forma, la carrera de una de las grandes estrellas del boxeo actual hubiese corrido serios riesgos.

Durante un examen médico previo a la pelea, los médicos de la Comisión Atlética del Estado de Nevada descubrieron el desgarro y recomendaron una cirugía de emergencia. Spence voló a casa en Dallas y fue operado dos días después. De acuerdo con las regulaciones de NSAC, los combatientes que deseen competir en Nevada “deben presentar un examen oftalmológico con dilatación administrado por un oftalmólogo autorizado. Este examen debe realizarse más de 24 horas antes de la pelea y es válido por un año calendario".

Pero también hay otras comisiones que no exigen estos exámenes, lo que significa que si el combate se hubiese organizado en otro sitio, o que si la lesión de Spence se hubiese provocado con posterioridad a sus últimos exámenes oftalmológicos, tal vez hubiese peleado ante Pacquiao poniendo en serio riesgo su visión.

“La retina es una membrana llena de células sensibles a la luz en la parte posterior del ojo. Actúa como una película en una cámara para capturar la luz y transmitirla al cerebro. Si alguien recibe un golpe lo suficientemente fuerte, o la cabeza gira lo suficientemente rápido, puede desprenderse de la pared del ojo ”, dijo el Dr. Jonathan Gelber, miembro de la Asociación de Médicos de Ringside. Y agregó: “Si no se trata, puede tener consecuencias graves, incluso ceguera".