Manny Pacquiao no le teme a la edad, tampoco a poner en juego su legado. Con 42 años, el filipino volvió a enredarse en una de esas peleas que todos los fanáticos del boxeo quieren ver, porque su corazón de guerrero siempre ha mandado por encima de los intereses promocionales que podrían haber preferido cuidar su carrera.

El próximo 21 de agosto, en el MGM Grand Arena de Las Vegas, el Pac-Man medirá fuerzas con Errol Spence, quien a sus 31 años es dueño de los títulos mundiales de peso wélter del CMB y la FIB, además de estar considerado entre los cinco mejores peleadores libra por libra de la actualidad.

Más de una vez el propio Spence ha manifestado su idolatría por el filipino, campeón mundial en ocho divisiones de peso diferente. Pero el también quiere dejar un legado en el mundo del boxeo y está listo para perderle el respeto arriba del cuadrilátero. Tal es así que en sus últimas declaraciones dijo que será el encargado de sacar a Pacquiao del juego profesional.

“Estoy preparando mi cuerpo para entrar en el modo de campo de entrenamiento y hacer lo mejor que pueda, para ponerme en la mejor forma que pueda, y ser tan fuerte como pueda, para noquear a Manny Pacquiao y enviarlo al retiro", expresó en diálogo con Barbershop Conversations Errol Spence, que viene de defender con éxito sus cinturones ante Danny García.

Y agregó: “Espero el mismo Manny Pacquiao que tenemos cada vez. Él vendrá a pelear y yo definitivamente vendré a pelear. Seré mucho más fuerte y físicamente mejor que mi pelea anterior. Si Pacquiao está mirando, debería estar viendo la pelea de Chris Algieri, Lamont Peterson y Kell Brook. Si está mirando la última pelea en busca de debilidad, tendrá problemas".