Desde que Mike Tyson comenzó haciendo sus primeros combates como profesional, allá por 1985, en el mundo del boxeo no tardaron en tomar nota de que era un joven que había nacido para pelear. Ese mismo año hizo un total de 15 combates, ganándolos todos por nocaut, y ya al siguiente logró coronarse campeón mundial del Consejo Mundial de Boxeo en la división de los pesos pesados, venciendo a Trevor Berbick por nocaut técnico en el segundo asalto.

Ese mismo instinto lo llevó a tomar la decisión de regresar a los cuadriláteros el año pasado, cuando habían pasado ya 15 desde que había decidido retirarse. Lo hizo en una exhibición ante otra leyenda como Roy Jones Jr que finalizó empatada y hay muchas expectativas por verlo regresar.

Mike Tyson comenzó peleando y acabará peleando. Él sabe que para eso ha venido al mundo y agradece que el boxeo se haya cruzado en su camino, para terminar haciéndolo como un deporte, como un trabajo, y alejarse así de las peleas callejeras con las que su historia podría haber acabado mal.

En diálogo con Valuetainment Media, el propio Tyson recordó su infancia repleta de peleas, contra quien fuera y por cualquier razón. "Debo haber tenido entre tres y cuatro peleas callejeras al día. Desde los 9 años. A los 12 años ya pesaba 200 libras", dijo.

Y sobre ese peleador demoledor que ya se dejaba ver en las calles, agregó: "Estaba peleando con el niño, luego peleando con sus padres. Los ñiños se quedaban llorando, luego iban a sus casas y buscaban a sus padres. Entonces, pelearía con el padre".