Rolando Romero se llevó una nueva victoria este sábado en el AT&T Stadium de San Antonio, Texas. En el combate co-estelar de la cartelera que tuvo como plato fuerte el duelo entre Jermell Charlo y Brian Castaño, se impuso por nocaut técnico en el séptimo asalto al sueco Anthony Yigit.

Pero ni la espectacular definición de la pelea a puro poder ni el hecho de que haya defendido con éxito el título mundial interino de peso ligero de la Asociación Mundial de Boxeo hizo que el peleador nacido en Las Vegas recibiera el aplauso de los fanáticos. Por el contrario, fue abucheado como muestra de reprobación a las constantes acciones antideportivas en que había incurrido durante el combate.

 

Más allá de las muestras de reprobación de los fanáticos, Romero volvió a enseñar su cinturón de campeón tras su decimocuarta victoria, decimosegunda por la vía rápida, y dijo estar listo para enfrentar a una figura de la talla de Gervonta Davis, ya sea en las 135 o en las 140 libras.

"Luché contra un chico duro por encima de mi categoría de peso. Luché contra un boxeador de 140 libras y lo detuve. Simple como eso", comenzó diciendo en relación al peso de su rival, que no pudo cumplir en la balanza por haber tomado la pelea sobre la hora, pues no era el rival previsto originalmente para la cartelera.

Y agregó: "En el séptimo asalto, supe que había terminado. Juro que creí que terminaría con su primera caída en el quinto, pero se levantó y no tuve tiempo de lanzarme sobre él. Ahora quiero a Gervonta Davis. No importa si es en 135 o 140. Lo derrotaré".