Es de público conocimiento que Monterrey está en la búsqueda de un delantero que le pueda aportar soluciones a Víctor Manuel Vucetich. Con un Rogelio Funes Mori cayendo en lesiones y un Vincent Janssen que no responde a la altura de las circunstancias, la directiva de La Pandilla salió al mercado decidido a fichar a un elemento de jerarquía en este puesto. Quiso a Germán Berterame pero falló, por lo que apuntó a Rodrigo Aguirre y mantiene negociaciones avanzadas.

Sin embargo, la historia pudo haber sido algo diferente ya que anteriormente preguntó condiciones por otro atacante. De acuerdo a la información brindada por el periodista Miguel Arizpe de Mediotiempo, Rayados se interesó en la ficha de una de las máximas figuras del Club León, pero la transacción no se llevó a cabo por pura decisión del jugador. ¿De quién se trata y qué sucedió?

 

Los mandamases regiomontanos se fijaron en Víctor Dávila, delantero chileno de 24 años que mostró un nivel superlativo en La Fiera, y previamente vistió los colores de Pachuca y Necaxa. A pesar de que Monterrey podría ofrecerle interesantes condiciones económicas y futbolísticas, se negó a cambiar de aires debido a la presión que supone la afición albiazul. Las protestas que hubo en los últimos tiempos (amenazas de muerte en pleno Mundial de Clubes, por ejemplo) fueron clave para su respuesta.

El reportero mencionó: "El jugador hizo comentarios en lo interno (a sus allegados) y dijo que no tenía ni la ilusión ni el interés de ir a Rayados. Dio motivos, pero llamó la atención que puntualizó el de su afición, el de la tribuna. La gente, su forma de presionar, de protestar, de asfixiar poniendo hieleras, acosando jugadores a la salida de El Barrial, pidiéndoles que se bajen de sus autos para “charlar”, amenazando por Twitter, entre otras prácticas".

 

 

Además, la fuente agregó que Víctor Dávila es un futbolista que puede rendir tranquilamente bajó presión, pero que no lo tentó para nada la forma que tiene la afición de Rayados en manifestarse. De esta manera, debido a un grupo minoritario de fanáticos que se creen dueños de la institución y con el derecho de expresarse con maldad hacia los jugadores, cuerpo técnico y directivos, el club perdió la posibilidad de fichar a un atacante más que interesante.