Los New England Patriots se enfrentaron a su rival más duro hasta el momento, cuando visitaron a los Buffalo Bills en un duelo divisional sumamente disputado, llevándose un ajustado triunfo 16-10.

Sin embargo, la nota más lamentable del partido fue el durísimo golpe que recibió Josh Allen, mariscal de campo de los locales, que lo obligó a perderse una parte importante del compromiso por sospecha de conmoción cerebral.

No obstante, Jonathan Jones no fue expulsado del partido a pesar de que claramente el golpe fue ilegal y malintencionado, lo que causó la cólera de los jugadores de los Bills, especialmente el safety estrella Micah Hyde.

El ex de los Packers fue sumamente contundente con sus palabras tras el partido, asegurando que, si alguno de ellos hubiera golpeado así a Tom Brady, las consecuencias hubieran sido muy diferentes:

 

"Si alguno de nosotros le hacía algo así al número 12, no hubiera continuado en el juego", declaró el defensor, que tuvo su pequeña venganza contra Brady con una linda intercepción en las diagonales.

Los Bills perdieron por primera vez en la campaña, mientras que los Patriots continuarán con récord perfecto una semana más. Allen, por su parte, será evaluado meticulosamente para determinar si deberá perderse tiempo de acción.