El portero que eliminó a River de la Copa Libertadores recibió tres goles en 25 minutos en la derrota de Independiente del Valle 4-1 ante Universidad Católica.
Si ya no lo hizo, Marcelo Gallardo va a masticar bronca cuando vea como todo lo que le patearon al hombre que lo amargó en el Monumental hacía contacto con la red sin mayores obstáculos, en una pobre presentación de quien días atrás fue héroe del único equipo ecuatoriano que jugará los cuartos de final del torneo continental.
Librado Azcona no era el gigante que cuenta la leyenda de Núñez, sino un simple mortal que comete errores como cualquiera, o incluso peores porque fue responsable en dos de los cuatro goles con que Universidad Católica despachó a Independiente del Valle, que presentó un equipo muy similar al que enfrentó River.
Muerto el mito, tal vez la autocrítica del último campeón de la Libertadores deba ser mayor, aunque se sabe que en el fútbol las rachas cuentan y las noches de inspiración nos han hecho comer más de una vez el cuento del crack.