A pesar de que pueda parecer que no, los atletas de alto rendimiento son seres humanos con ídolos y sueños como cualquier otra persona, y también crecieron admirando a otros que vinieron antes de ellos.

Lonzo Ball no es la excepción a esta regla y, a pesar de su actitud altanera y despreocupada, en más de una oportunidad reconoció su idolatría por LeBron James, con quien compartió equipo por un año.

En este sentido, el ahora base armador de los New Orleans Pelicans confesó recientemente que lo más complicado de jugar con James era la sensación que tenía cuando estaba cerca de él, pues no sabía cómo abordarlo:

“Lo había visto jugar durante toda mi vida, tenía su camiseta y todo eso. Estaba al límite, porque no sabía cómo estar cerca de él, porque nunca había estado cerca de alguien a quien admirara de esa manera. Luego lo veía en el vestuario, y era una locura”, declaró Ball a Rich Bucher de Bleacher Report.

James adoptó un papel de mentor con Ball y lo respaldó en medio de sus disputas contractuales contra Alan Foster y la difunta marca Big Baller Brand, además de desarrollar muy buena química con él en el tabloncillo.

Ahora, Ball volverá a sentir lo que es jugar en contra de su máximo ídolo, cuando los renovados Pelicans se enfrenten a los Lakers, en unos partidos en los que se jugará por mucho más que el orgullo.