Imagínense que llega el momento de batear para un pelotero y enfrente tiene nada menos que a uno de los lanzadores más intimidantes y temidos del momento. Los pitchers de esta lista lograron generar una reputación en las Grandes Ligas de Béisbol para que los rivales supieran contra quién iban a enfrentarse. Todos ellos se daban cuenta que no bastaba solamente con tener una buena temporada o poder lanzar una buena bola rápida, también debían meterse en la mente de sus oponentes.
Algunos fueron tan habilidosos con sus técnicas que ya lograban intimidar, mientras que otros también le sumaban un poco de malicia a sus lanzamientos, apuntando directamente a los bateadores para asustarlos o, directamente, golpearlos.
En esta oportunidad no hablaremos de los mejores pitchers de todos los tiempos, sino de los más intimidantes. Es por eso que enumeramos a los 10 lanzadores más temidos por los bateadores en la historia de la MLB.
Juan Marichal
El ex lanzador dominicano contaba con un envidiable control. Se caracterizaba por alzar su pierna izquierda al momento de lanzar y su casi inigualable precisión. No era de golpear a los bateadores, ya que no era necesario para él. Aunque sí lo hizo en más de una oportunidad. Era tan certero que podía apuntar a los cascos de sus oponentes. Todo un método de intimidación.
Fue el lanzador con más partidos ganados en la década del 1960, pero a menudo era eclipsado por Sandy Koufax y Bob Gibson.
Pedro Martínez
La gran mayoría de los integrantes de esta lista se acercan o superan los dos metros de altura, mientras que Martínez mide 1.80. Fue ganador del premio Cy Young en tres oportunidades (1997, 1999 y 2000) y campeón de la Serie Mundial con los Boston Red Sox en 2004.
Era muy habilidoso a la hora de lanzar, con diferentes técnicas que los bateadores simplemente no sabían cómo responder. Como muchos, también se jactaba de haber golpeado a varios rivales. Llegó a golpear un total de 140 en su carrera.
Roger Clemens
Durante su carrera, ganó siete veces el premio Cy Young, siendo así el que más veces lo consiguió en la historia. Se caracterizaba por poder realizar una gran variedad de distintos lanzamientos y, a diferencia de muchos, fue mejorando con los años.
El temor que generaba a sus oponentes era simplemente por sus habilidades a la hora de lanzar. No solía golpear a sus rivales, pero su estilo lo volvía impredecible. Entre otros de sus logros se destacan sus dos campeonatos de Serie Mundial con los New York Yankees (1999 y 2000) y el reconocimiento al Jugador Más Valioso en 1986, mientras vestía la playera de los Boston Red Sox.
Bob Feller
Se unió a los Cleveland Indians a los 17 años, sin haber pasado por las ligas menores. Su patada alta y la velocidad de 160 kph que tomaba la bola eran dos de sus principales características a la hora de lanzar. Los bateadores solían temerle por ser impredecible, simplemente sabían que les sería muy difícil llegar a la base.
En diciembre de 1941, se enlistó en el ejército para pelear en la Segunda Guerra Mundial. Fue el primer pelotero en hacerlo luego del ataque a Pearl Harbor.
Sandy Koufax
Aunque su carrera fue corta, se destacó por ser uno de los lanzadores más difíciles de enfrentar para los bateadores. Sus mejores temporadas fueron de 1961 hasta 1966, cuando la artritis terminó con sus años como profesional, cuando tenía 31. Fue dominante en ese tiempo y se convirtió en el primero en lanzar más de tres juegos sin hit.
Jugó toda su carrera para los Dodgers de Brooklyn, los cuales se habían mudado a Los Ángeles al momento de su retiro. A sus 36 años, se convirtió en el jugador más joven en ingresar al Salón de la Fama del Béisbol.
Sal Maglie
Era apodado “Sal, el Barbero” por lo cerca que pasaban sus lanzamientos de los bateadores. Fue probablemente el lanzador más intimidante de su época como jugador, de 1945 a 1958. Muchos peloteros lo tomaron como referencia en los años siguientes. Para sus oponentes, era un verdadero riesgo enfrentarse a él, ya que tenían serias chances de ser golpeados.
Fue campeón de la Serie Mundial de 1954 con los New York Giants y quedó segundo en la primera entrega del premio Cy Young.
Don Drysdale
En sus años como profesional, se caracterizó por lanzar a propósito cerca de los bateadores para que estos se alejaran del plato. No es sorpresa que de esta forma haya golpeado 154 en su carrera, y muchas veces con intención. Lideró la tabla de más golpes a bateadores en la Liga Nacional por cuatro temporadas consecutivas. Como para no temerle.
Por supuesto que además de su rudeza, también era muy habilidoso. Incluso, ganó el premio Cy Young en 1962. También fue campeón de la Serie Mundial en tres oportunidades (1959, 1963 y 1965).
Nolan Ryan
Para los rivales, era imposible saber lo que pasaba por su cabeza. Se destacaba por ser impredecible y hasta llegó a declarar que es mejor si los bateadores pensaban que estaba un poco loco. Apodado el “Expreso Ryan”, también era conocido por su bola rápida, la cual seguía alcanzando los 160 kph poco antes de su retiro. Compitió en las Grandes Ligas por 27 años.
A pesar de haber tenido una carrera llena de títulos con sus equipos, logró grandes estadísticas individuales que lo convirtieron en uno de los peloteros más intimidantes. Además de promediar más de un ponche por entrada, golpeó a 158 bateadores. En un juego en 1993, Robin Ventura (Chicago White Sox) reaccionó al golpe y fue a pelear con Ryan. El lanzador de los Texas Rangers tenía 46 años en ese momento, 20 más que el joven Ventura. Sin embargo, pudo sujetarlo del cuello con su brazo izquierdo y golpearlo seis veces con el derecho antes de ser separados. Todo terminó con una pelea entre varios jugadores de ambos equipos.
Randy Johnson
El lanzador zurdo de 2,08 metros fue uno de los grandes ponchadores en la historia de la liga. Además de tener una gran habilidad, su altura hacía parecer que sus lanzamientos fueran aún más peligrosos. Una gran virtud que supo aprovechar durante toda su carrera. También se destacaba por tener una de las bolas rápidas más dominantes, la cual llegó alcanzar una velocidad de 166 kph. Aunque su slider era su punto fuerte.
Ganó cinco veces el premio Cy Young y es uno de los pocos pitchers en la historia en haber conseguido un juego perfecto: fue jugando para los Arizona Diamondbacks ante los Atlanta Braves, en 2004. Johnson tenía 40 años.
Bob Gibson
No sólo se caracterizaba por ser un lanzador extraordinario, también creía fervientemente que era fundamental apuntar al aspecto psicológico del bateador. Trataba de meterse en la cabeza del oponente antes de hacer su lanzamiento, intimidándolo con sus actitudes frente al equipo rival y con sus compañeros.
Ganó dos veces la Serie Mundial (1964 y 1967) con los St. Louis Cardinals, fue elegido el Jugador Más Valioso en 1968 y recibió dos premios Cy Young (1968 y 1970).
Es considerado uno de los mejores lanzadores de todos los tiempos, pero también uno de los más temidos al no mostrar piedad a la hora de pararse sobre la lomita.