Paul George creció siendo un confeso fanático de Los Angeles Lakers. Californiano de pura cepa, siempre se presumió que en algún momento de su carrera vistiría la camiseta de púrpura y dorado.
La oportunidad estuvo a la orden del día cuando George informó a los Indiana Pacers que quería ser cambiado del equipo en 2017, pero los Lakers se rehusaron a ofertar su pick número 2 (convertido en Lonzo Ball eventualmente) o Brandon Ingram para obtenerle.
La lógica de la franquicia angelina era que no quería arriesgar nada por George si podría tenerlo de gratis en la próxima agencia libre, por lo que eventualmente reculó en los predios del Oklahoma City Thunder.
Posteriormente, George castigó la falta de confianza de los Lakers renovando su contrato en Oklahoma y, de acuerdo con los reportes, su resentimiento creció cuando decidieron enviar varios jugadores jóvenes a los New Orleans Pelicans para obtener a Anthony Davis.
Ahora, George no solo volvió a su natal California, sino que además jugará en la vereda del frente junto con Kawhi Leonard para tratar de aguarles la fiesta a LeBron James y compañía, y con el talento que tienen los Clippers, queda claro quién es el mejor equipo de Los Ángeles de cara a esta próxima campaña.