Rodrigo Ibarra es un futbolista mexicano de 28 años que, como muchos, quiso probar suerte en el extranjero, especificamente en la segunda división de China, y pese a que logró iniciar tratativas para arribar, finalmente estas se vieron truncadas debido al brote de Coronavirus.

En diciembre de 2019, el portero azteca viajó ilusionado a Wuhan, donde estaría a prueba en un club de la liga de ascenso, y comenaría a delinear su futuro, pero la brota viral dijo lo contrario.

"Estaba buscando la posibilidad de llegar a un equipo de la segunda división de China, el Dalian Transcendence. Ya estaba platicando con los directivos, iba a empezar la pretemporada, porque el campeonato empieza en abril. Me estaba preparando, pase las fiestas allá y pasó todo esto", relató el guardameta a ESPN.

Pero la pesadilla de Ibarra estaba recién comenzando, ya que debió mantenerse encerrado por diez días en su departamento en Osaka debido a la crisis sanitaria, y cuando quiso escapar, Estados Unidos cerró la frontera.

"La localidad estaba detenida, los centros comerciales, las escuelas estaban cerrados. La gente no quería salir de su casa y las pocas personas que estaban en la calle usaban cubrebocas, trataban de evitar lugares públicos o concurridos. Los últimos días que pasé en China estuve encerrado en el departamento donde vivía", relató el azteca.

Fue la madre del jugador quien desperada pidió ayuda a las autoridades locales, logrando que asistieran al futbolista para poder salir de China, fue así como la Corporación de Deportes del Congreso de Quintana Roo se involucró y ayudó a Ibarra a regresar al país.

"Tanto en Tokio como en México pasé los filtros de higiene, no tuve problemas. Ahora debo conseguir un equipo para mantener el ritmo", reveló el jugador antes de finalizar con algo de ofuscación el presente de la Liga MX con los jugadores locales.

Rodrigo Ibarra antes de retornar al país

"La regla 9/11 no nos permite crecer", lamentó Rodrigo en relación a la normativa que surgió con el objetivo de reactivar el trabajo de las categorías menores para potenciar a las selecciones juveniles, y que está pensada para alinear futbolistas no mayores a los 20 años y 11 meses en un total de  1000 minutos durante el torneo.

De todas formas, el jugador sabe que escapó de milagro a una situación peor y al arribar a México el jueves agradeció: "saber que estoy en mi país ya es ganancia".