Allá por el mes de febrero del año 2003, Pablo Jerez debutó oficialmente con la camiseta de Boca Juniors. Y, rápidamente, este lateral comenzó a festejar a lo grande de la mano de Carlos Bianchi.
Es que, con una edad muy corta, el defensor nacido en Morón, provincia de Buenos Aires, fue parte de la conquista de la Copa Libertadores, la Copa Intercontinental, y, como si fuera poco, el Torneo Apertura. Todo en el 2003.
Sin embargo, Jerez, que también ganaría la Copa Sudamericana en 2004, vive un presente muy complicado. El mismo tiene que ver, principalmente, con la salud de su hija Zoe, que en noviembre cumplirá 15 años de edad.
“En 2004 me pasó algo muy grave, nació mi hija con muchísimos problemas. Tuvo meningitis, le produjo hidrocefalia y una gran infección”, comenzó exteriorizando en declaraciones brindadas a ‘Sportia’.
“No dije nada en el club, estaba en un buen momento pero mi cabeza no estaba en orden y fui decayendo. De a poco me fui excluyendo. Nos dijeron que iba a quedar postrada en una cama, en estado vegetativo. Llegué a un nivel de desesperación que recurrí hasta a los brujos”, profundizó.
“Un día estaba mirando una nota de ‘Licha’ López y dijo que no quería que las camisetas se le apolillaran. Fue el envión que necesitaba y no me quedó otra que venderlas. Ahora estoy al borde del retiro y el gremio solo acapara a los futbolistas activos. Se nos va a venir una jodida”, amplió.
“Estamos viendo la posibilidad de seguir involucrados a alguna obra social pero es difícil porque no la toman a Zoe, tiene de base muchísimos problemas. No tengo un oficio, una formación. La última vez trabajé con un remís”, finalizó el jugador de 34 años de edad.